Creados para crecer

Cuando nos convertimos e iniciamos nuestro caminar en el Señor, apareció el primer amor por Dios, que nos sedujo y motivó a avanzar en ésta hermosa decisión que hicimos al seguir a Jesús. El amor nos hace ver las cosas simples y sencillas. El mundo espiritual ahora es comprensible, porque Jesús quitó las vendas espirituales de nuestros ojos. El apóstol Pablo, le escribe a los corintios y les motiva a crecer en la fe. Cuando somos niños espirituales vemos todo con inocencia, pero también con inmadurez espiritual. Y es precisamente esa falta de madurez en la que nos debemos concentrar para trabajar en ella. CRECER es un proceso que toma tiempo, pero también debemos procurar ser intencionales para lograrlo. Nunca olvidaré que mi último juguete de la infancia, fue un pequeño robot de cuerdas. Cuando giraba la perilla, las piernas del robot se movían lentamente y lo impulsaba a caminar. Recuerdo que siendo aún jóven me entretenía con aquel juguete, que marcó el final de mi niñez. Crecer implica dejar cosas de lado y asumir una nueva vida de madurez que comienza, en la que las decisiones que tomemos y las responsabilidades que asumamos, definirán si en verdad crecimos o no.

Todo lo que nos aleje o ponga en riesgo nuestra vida y salud espiritual, debe ser desechado. Será el amor de Dios el combustible o la perilla como la que tenía mi robotcito, la que nos haga tolerar situaciones difíciles, ser amables, frenar nuestra lengua, perdonar y día a día ser perfeccionados. Dios te creó para que crezcas y no te estanques espiritualmente. Y la palabra de Dios nos forma, forja y entrega pilares sobre los cuales asentar la fe. El amor de Dios es perfecto y debemos enfrentar y luchar contra todo lo que intente alejarnos de ese perfecto amor. El crecimiento parte de la Metanóia (palabra griega que significa giro o cambio de mentalidad). Cristo abre nuestros ojos y expone nuestras vidas a un cambio de mentalidad, forma de pensar, manera de vivir y de relacionarnos. Ya no somos niños, no pensamos como ellos aunque nuestro corazón deba ser como el de uno de ellos. Somete tus pensamientos a la obediencia y madurez como la que Jesús nos modeló cuando habitó tres años en su paso por esta tierra. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Los comentarios son importantes. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla

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2 comentarios en “Creados para crecer”

  1. Amén. El crecer viene con cosas nuevas y buenas pero también trae dolor, sacrificio y constancia. Lo importante es saber que en ese crecer Jesús está conmigo.
    Te amo Dios!

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