DISTANCIA EMOCIONAL

¿Cuándo fue la última vez que alguien se alejó de ti? ¿Te preguntaste el por qué? ¿Te has alejado también de alguien? Aunque suene paradójico debido a lo que creemos, alejarse o tomar distancia de ciertas personas, trae a nuestra vida un respiro, un devolverle la paz al corazón y darnos cuenta de que la vida continúa, y podemos pensar, crear y ser, sin la toxicidad en la que algunas relaciones se convirtieron. Es sano apartarse de aquellas personas, que nos IMPIDEN CRECER  y su NOCIVA INFLUENCIA, atenta contra nuestra FELICIDAD. Ser feliz es saber seleccionar de quien nos nutrimos, para no ser CONTAGIADOS DE CONFLICTOS y situaciones ajenas a nosotros, que con la excusa de la cercanía, la amistad o la familiaridad, terminaron haciéndonos daño. Existen personas que dejaron de aportar y ahora absorben nuestra fuerza y nos desgastan, debido a su alta demanda de nosotros.
Partamos del principio de que Dios nos llamó a estar en libertad y a no ser esclavos del temor, de la manipulación y el chantaje emocional.

Tenemos que cuidar el corazón y no olvidar que el perfecto amor de Dios nos libera de todo yugo de temor, el cual trae esclavitud. Relaciones que generan inestabilidad, incertidumbre, que enferman nuestras emociones y distorsionan nuestra sensibilidad,  deben llegar a su fin. Evalúa muy bien los términos y límites que colocarás a esas relaciones dañinas que te menguaron la fuerza y la fe. Vivir sometidos a exigencias, juicios y hacernos sentir culpables de lo que hicimos y de lo que no, intoxica el corazón amado lector. La realidad de otros no es igual a la nuestra, la gente puede pensar lo que quiera de nosotros, pero a la postre si nuestra vida ha sido rendida, probada y sometida delante de Dios, no tenemos porque TEMER a las exigencias de nadie. Seamos conscientes de que en la vida, nos vamos a encontrar con personas irrespetuosas de nuestros sentimientos, pensamientos y de nuestras creencias.

Perdona a quienes te usaron como marioneta de su mal humor, así como de la frustración de sus conflictos internos o externos. Cuídate mucho de relaciones que comenzaron saludables y hoy se envenenaron. La lejanía nos libera, nos permite ser determinados y evita la dependencia emocional de otros sobre nosotros. Vuelve a ser determinado, a amarte, verte y valorarte como sólo Dios te ve y te valora. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Tus comentarios son importantes. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla