El odre era una bolsa hecha de cuero, usualmente de cabra, y en los tiempos bíblicos se usaba para contener líquidos. Tan pronto era curtido se aplicaba una costura alrededor del cuero, dejando solamente un orificio en la parte del cuello. Por allí se introducía el líquido para su preservación. El vino nuevo recién procesado se vertía dentro del odre y se dejaba reposar. Apenas el vino se iba fermentando, el odre se estiraba debido al gas que se producía en el interior. Cuando ese odre envejecía y había sido usado muchas veces, perdía su elasticidad y se ponía duro. Si se llegaba a poner vino nuevo, al momento de fermentarse se reventaba el odre, perdiéndose tanto el odre como el vino.
Los odres viejos solo podían utilizarse para guardar vino viejo, en tanto que el vino nuevo debía guardarse en odres nuevos. Jesús nos enseña, en respuesta al cuestionamiento sobre el porqué sus discípulos no celebraban el rito del ayuno, tal como todos en Judea lo hacían en aquel tiempo. El ayuno se practicaba dos veces por semana. Esto no estaba contemplado en la ley, sino que era una imposición de los fariseos y socialmente estaba mal visto no efectuarla. Los odres viejos descritos en éste pasaje, nos hacen reflexionar sobre la gran diferencia que existe entre la religiosidad y la espiritualidad. Los odres viejos, rígidos y endurecidos, representan el sistema religioso, inflexible y obsoleto. El vino nuevo representa a la gente que busca la libertad y ser guiados por el Espíritu Santo.
La espiritualidad no puede ser aprisionada por la religiosidad. Así como el vino nuevo rompe los odres viejos y se derrama, un creyente lleno del Espíritu, no soportará la opresión de la religión que siempre buscará el rígido cumplimiento de tareas rutinarias, entrando en la monotonía y la esclavitud espiritual. Jesús muchas veces reprendió la doble moral e hipocresía de los religiosos de su tiempo. Que lo nuevo de Dios rompa todo argumento y fortaleza espiritual que nos impida vivir en la plenitud de Su Gracia. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz inicio de semana.
Pr. José Ángel Castilla
Buenas ..Cuando estamos en la presencia de Dios somos procesados y revestidos de su maravillosa gracia ..Así cómo vasija va cambiando nuestra vida por partes ..Dios no ha terminado conmigo poco a poco va cambiando mi vida y procesando cada parte de mi ..porque lo creo y tengo fe