Remiendos nuevos en telas viejas

Si hay algo que disfrutamos la mayoría de las personas es estrenar ropa y zapatos. Si intentamos combinar ropa nueva con otra vieja y en mal estado, de seguro que corres a cambiartela para que no disluzcas tu outfit. Visualiza ahora que tomas esa camisa o blusa nueva y le cortas un pedazo para coserlo en una ropa vieja. Cómo crees que puede verse aquel remiendo de algo nuevo y hermoso en una tela desteñida y vieja. Esta ilustración la utiliza el Señor para enseñarnos, que remendar una prenda vieja con un pedazo de una nueva, no sólo desfigurará la prenda nueva, sino que también hará que la prenda vieja se vea más vieja que nunca. La nueva tela se encogerá y tirará el viejo tejido raído a pedazos. Por eso no podemos adaptar los principios de Jesús a los viejos sistemas del mundo.

El Reino de Dios y el de las tinieblas no se podrán juntar nunca. Son como el agua y el aceite. Quien ama el mundo, no conoce a fondo la revelación del amor del Padre. Quien se siente cómodo y a gusto con su pasado lejos de Dios, cree que lo que piensa y vive es lo mejor. No se da la oportunidad de abrazar los principios de Dios y tomar decisiones radicales de cambio. El mundo se deleita con todo lo nuevo y brillante que con lo antiguo. Jesús vino a presentarnos algo nuevo, no para arreglar lo viejo. De esto se trata la salvación. No pretendas entonces que Jesús encaje en tus esquemas. Que se rompa y rasgue toda tela de religiosidad, hipocresía y doble moral en nuestro corazón. No cosamos pedazos de tela nueva en nuestras viejas y desgastadas camisas. Será un total desastre.

Renuncia a viejos y obsoletos esquemas de pensamiento mundano y reemplazalos por las verdades de Dios en Su Palabra. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz fin de semana.

Pr. José Ángel Castilla