Barreras emocionales

En el antiguo testamento, encontramos una palabra hebrea que casi siempre se traduce como: «Bendecir» y es la palabra barak, que significa: alabar, felicitar o saludar. En éste pasaje de hoy, el salmista David le da una orden a su alma, para que alabe a Dios. En ocasiones los problemas que enfrentamos pueden restarnos el deseo de alabar a Dios. Cuando entendemos que nuestra relación con Él es todo lo que tenemos, adoramos pese a las luchas que nuestra débil humanidad, libra a diario. La adoración rompe toda barrera que quiera atar nuestra alma. Si nos enfocamos sólo en la realidad momentánea y nos olvidamos de las promesas dadas por el Señor, es como si le pusiéramos barreras al alma. Por esta razón, David le decía a su propia alma que no olvidará los beneficios de Jehová. Había entendido, que todo lo que había recibido, provenía de Él.

Te invito a decidirte a romper toda barrera almática, siento conscientes de que necesitamos entrar en la presencia de Dios, para estar en plenitud. Perdónate, perdona y acepta el perdón cuando te lo pidan, para que las barreras que te mantenían con un corazón endurecido, se rompan a través del poder sanador de su Espíritu Santo. Recuerda las promesas que Dios te ha dado, porque en cada una de ellas, recibirás el impulso para seguir avanzando y vencer toda adversidad. Aunque tu entorno te grite lo contrario, enfócate en el Señor que te cumplirá todo cuanto te prometió que haría en ti. En tus debilidades te perfeccionará cada día y te hará más fuerte. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Deja tu comentario al final del blog, reenvia el enlace de éste mensaje a tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos y feliz inicio de semana.

Pr. José Ángel Castilla

Haz que este articulo le llegue a más personas

1 comentario en “Barreras emocionales”

  1. Amén. En mi poca experiencia en coinonia con el Señor puedo decir que el alabar al Señor en todo tiempo comienza siendo conciente e intencional. Pero en la medida que tú relación con Él crece se vuelve intrínseco en uno.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top