Un llamado a la generosidad

“Los pobres pueden ser miserables por el momento, pero los ricos no éticos son miserables por la eternidad. Por lo tanto, el proverbio enseña al peregrino a caminar por fe, no a la vista.”

Waltke.

Cuando Dios creó dio el universo y dentro de él cada galaxia, nuestro sistema solar y con él a la tierra, no escatimó ni se reservó nada. Cuántos regalos increíbles para deleitar nuestra vista: Atardeceres, mares, playas maravillosas, montañas tan altas que nos hacen sentir tan pequeños, ante la majestuosidad de todo lo creado por el Padre. Eso y muchas otras cosas más, nos la regaló el Señor. Así como Dios fue generoso con la creación en la que vivimos, cuánto más lo es con cada uno de nosotros. El sopló el aliento de vida por amor. Por todo y muchas otras cosas más, estamos llamados a SER GENEROSOS y con ello, abrir las manos para DAR. Con el pecado, vino también a la raza humana, la muerte física y espiritual. Por tal motivo, Dios encontró una forma de dar vida, entregando la vida inocente de Su único Hijo, en lugar de nuestra merecida muerte. Así nos enseña a darnos el regalo más generoso  y maravilloso, que todos podamos recibir.

El dar hace parte de la historia de Dios. Sus generosas manos, nos proveen en todo cuanto requerimos. Salomón cuando escribe éste proverbio, nos da a entender que quien da generosamente a los pobres, como acto de amor y compasión, nunca puede verlo como un DESPERDICIO. Dar al pobre y necesitado, es como prestarle dinero al Señor. DIOS es tan bueno, pero NO ES DEUDOR DE NADIE. En su gran amor y misericordia, el Señor se compromete a asumir su deuda, por lo que pagará a quien prestó la totalidad. El bien que deseas para otros, te lo volverá a pagar. Dios nunca estará en deuda con ningún hombre. Él ciertamente devolverá lo que damos en compasión a los pobres. Dios promete que nunca seremos perdedores por dar generosamente y con compasión. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Deja tu comentario al final del blog y comparte el enlace de ésta reflexión con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla