Escuchar para obedecer

Cualquiera pensaría que la familia biológica de Jesús, como su madre y sus hermanos, hubieran podido tener grandes privilegios por el sólo hecho de ser familiares del \”Salvador de la humanidad\”. Es sorprendente que no los tuvieron, pero tampoco podemos decir, que el Señor le hizo un desplante o fue indelicado con ellos. Mucho menos podemos malinterpretar éste gesto, como para no honrar, amar, ni ser especiales con los miembros de nuestra propia familia. Estudiosos de la escritura afirman que los hermanos de Jesús, no apoyaron su ministerio terrenal antes de su muerte y resurrección. El Señor efectivamente tuvo muchos hermanos, es decir, los hijos de María y de José. Cuando el Señor expresa: Mi madre y mis hermanos, hace relevancia y gran valor, a TODOS LOS QUE LE OÍMOS Y OBEDECEMOS. Somos entonces amado lector, discípulos y hermanos menores de Jesús. Por eso seguimos su hermosa y dulce voz, la cual es SU PODEROSA PALABRA.

Nos acercamos a Jesús, cada vez que abrimos nuestros oídos, para escuchar sus palabras y el corazón para obedecerlas. El valor de oír y obedecer, nos regala una relación más cercana con Él. Incluso mucho más íntima que la que podríamos tener, con cualquier otro tipo de persona. De qué nos sirve orar, cantar, ayunar y aún congregarnos, si no escuchamos Su palabra y la obedecemos. Realmente esto no es acercarse a Dios. La relación más importante que debemos cuidar, alimentar y sostener, es el amor por el Señor. Amarlo es amar Su Palabra y sus principios, los cuales son inquebrantables. Ese amor a la escritura, nos lleva a ser reverentes y apasionados por Su presencia. Una buena relación con Dios, nos llevará a dar mucho fruto en el resto de relaciones, sean con nuestros familiares o con nuestros amigos.

Crece amado lector en el amor y la pasión por esa relación con Jesús. Oro por eso. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz inicio de semana.

Pr José Ángel Castilla