Una voz que te anima

La vida es de retos y desafíos casi a diario. Cuando nos proponemos hacer algo y terminarlo bien, sólo necesitamos una voz de ánimo que nos ayude a avanzar con fe para hacer las cosas correctas, agradando a Dios durante el proceso. Cuando los discípulos del Señor estaban en el huerto de Getsemaní, en lugar de orar se quedaron dormidos. Antes que regañarlos, Jesús vio que su espíritu estaba dispuesto, pero la carne era débil. En uno de los mensajes a las 7 iglesias del Apocalipsis, específicamente a la iglesia de Éfeso, les dice: “Has trabajado arduamente por amor de mi nombre”. Jesús mira lo que hacemos, nos afirma y destaca lo mejor de nosotros. Así como recibimos palabras de ánimo en la escritura, animemos también a otros a caminar en la vida de la fe, cuando los sintamos débiles o desanimados. Jesús antes de hablar de nuestros errores, afirma primero nuestra identidad en Dios.

Qué bonito y sabio poder celebrar las alegrías y victorias de los demás. Antes de regañar o sólo resaltar los errores o lo negativo de otros, deberíamos primero mirarnos a nosotros mismos. Jesús conoce tu corazón, tus pasos, tus motivaciones, TODO… Y por cuanto nos conoce, sabe los pasos que estamos dando y sabe acerca de nuestros avances en el mundo espiritual. Oro en éste día, porque a pesar de las circunstancias difíciles, veamos lo mejor de nosotros mismos. Renuncia a toda voz negativa y de condenación que puedas escuchar. Decide hablar vida y fe en el nombre poderoso de Jesús. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Deja tu comentario al final del blog. Comparte con otros amigos y familiares el link de éste mensaje. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla