Dios es bueno y no nos suelta ni un sólo instante. Muchas veces podemos sentir su presencia distante, pero el está cercano. Quizás no le veas pero allí está. Él siempre se hace presente rodeándonos. Ese invisible Dios te ama y cuida tus pasos. A veces hay momentos difíciles de muchos, que los lleva a creer que Dios anda muy ocupado como para atender a sus necesidades. El salmista David conocía muy bien lo que era amar y adorar a Dios, pero eso no le hizo estar exento de padecer soledad, persecución, celos de un rey que no toleró verle recibir reconocimiento por derrotar a Goliat. En cada momento difícil, vio a ese Dios cercano que se manifiesta rodeándonos con su dulce, cálida y tierna presencia.
Pese a todo lo que hagas, tienes que ver a Dios cerca de ti como nuestra sombra que nunca se aparta de nosotros. Esa cercanía de afecto, paternidad, provisión emocional y material, etc., se hará evidente y mitigará los estragos que pérdidas, enfermedades, preocupaciones y circunstancias adversas nos han dejado. Sólo detente, abre tu corazón y tus manos para dejarte llenar por completo del río de las delicias de Dios. Recibir respuesta a nuestras necesidades y dar paso a la ingratitud y alejarnos del Señor, es tomar una posición interesada y egoísta de parte nuestra. Aprende las lecciones que las situaciones vividas te van dejando para no tener que repetirlas. Luego de las circunstancias, los valles adversos y las lecciones aprendidas, seremos más fuertes y seguiremos creyendo y confiando, completamente en el Señor.
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Pr. José Ángel Castilla
Amén gracias Dios por tu palabra
Amén, Sin la firmeza y el cumplimiento de tu palabra que haríamos Padre. Guarda mi alma del apartarme de ti cuando más segura y confiada esté en ti.