¡Tú eres el Mesías!

Estudiosos de las sagradas escrituras afirman, que los discípulos interrumpieron la oración de Jesús. Para el Señor los momentos de intimidad con el Padre, eran muy especiales. Por eso buscaba refugiarse a solas con Dios. Quien intima con alguien, puede decir que realmente lo conoce. Y Jesús conocía el pensamiento del Padre, porque lo escuchaba a menudo. La gente confundía a Jesús con Juan el Bautista, Elías y otros profetas de la antigüedad. Quienes afirmaban ésto, sabían muy poco acerca de Jesús, porque tanto él como Juan obraron al mismo tiempo. Juan el bautista y Elías, fueron reformadores nacionales que se opusieron a los gobernantes corruptos de su época, y la similitud con el valor y la justicia de Jesús, pudo haber sugerido la conexión. Comparar a Jesús con Juan o Elías, habla de lo que la gente estaba realmente esperando. Tenían la esperanza, de que llegara un mesías político, uno que derrocara a los poderes corruptos que oprimían a Israel.

¿Quién dicen ustedes que yo soy? Era la pregunta que el Señor les hacía. La respuesta que Jesús estaba esperando de sus discípulos, no era lo que la multitud pensaba acerca de él, sino lo que ellos, sus más cercanos, pensaban de Él. Jesús asumió que los discípulos tendrían una opinión diferente de lo que los demás pensaban. Ellos no sólo recibieron la sabiduría convencional o la opinión popular. Necesitaban saber: ¿Quién era Jesús? Todos los días debemos hacernos esa misma pregunta en nuestro corazón.
Si realmente creemos que Jesús es quien dice ser, afectará la forma en la que vivimos. Por eso el apóstol Pedro nunca dudó al respecto de ésto, porque conocía a Jesús mejor que las multitudes. Sabía que Él era el Cristo de Dios, el Mesías del corazón de Dios para los hombres, el Redentor prometido en el Antiguo Testamento.

No dudes acerca de quién fue enviado hace más de 2000 años a morir en un madero por ti. El padre envió al Ungido de su corazón a morir, por amor a nosotros. Hoy tengo a Jesús frente a mi preguntándome: ¿Quién dices José Ángel que yo soy? ¡Tú eres mi Cristo, el Amor encarnado del Padre, que vino a salvar lo que se había perdido! ¿Qué le dirías tú a Jesús? Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz fin de semana.

Pr. José Ángel Castilla