Soñar despierto

Hablar es gratis. Por nuestra boca pueden emitirse palabras de edificación, proferir engaños y destruir a otras personas, o podemos especular que vamos a emprender cosas, pero nunca arrancamos haciendo nada. Por eso algunos pareciera que soñaran despiertos y todo cuanto anhelan no llega nunca a materializarse, por falta de fe, de planeación y de esperar el tiempo perfecto de Dios. El que no planea y calcula a construir una torre sin saber cuánto le costará, se puede quedar con un proyecto a medias porque no lo planificó. El sabio Salomón nos insta a no quedarnos solo soñando despiertos y hablando vascuencias y participar de otras actividades inútiles, sino también temiendo a Dios.

Creo que Dios nos ha dado la capacidad de soñar. No en vano el joven José, hijo de Jacob soñó sueños de grandeza y un día todos se cumplieron por propósito Divino. De manera personal tengo sueños que deseo cristalizar y que hacen parte de mi tanque de expectativas en Dios, listos para ser entregados por él, pero nunca será en mi tiempo. Si no vinculo a Dios en lo que espero termino amargado y frustrado. Seguiré siempre soñando y esperando el cumplimiento. Saldré de mi tienda y contaré estrellas como hizo el padre de la fe, el gran patriarca Abraham.

Necesitamos tener los pies en la tierra pero nuestra fe y nuestra visión en los cielos. Con una mente renovada y transformada, alejada de pensamientos carnales y llenos de dudas y de noes. Cierra tus ojos y abre tu corazón a los sueños que te llevan a seguir despierto, vital y fortalecido en seguir sacándolos adelante. Con el Señor a nuestro favor, realizaremos proezas. Te invito a temer a Dios y caminar enfocado. Para el Señor no hay imposibles.

No hables por hablar. Lleva tus sueños a la presencia del Señor y trabaja en pro de cumplirlos, pero siempre bajo la dirección y la aprobación de Dios. Recuerda que el Señor no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla