Promesas a la ligera

\"\"

Si hay algo que detesta el Señor es el lenguaje lisonjero en nosotros sus hijos. A veces buscando sonar y quedar bien con Él, extralimitamos nuestras expresiones como si quisiéramos impresionarlo. Que no se nos olvide que quien nos formó en el vientre de nuestras madres, nos conoce mejor que nadie y sabe cuáles son las intenciones interesadas de nuestras palabras. Por eso Salomón en éste pasaje, nos aconseja que seamos de pocas palabras y mucho menos que nos apresuremos a hacer promesas que terminemos no cumpliendo nunca.

¿Qué promesa le incumpliste a Dios?

\"\"

No seamos entonces ligeros en prometer, como intentando engañar a Dios o tratar de pagarle con servicio a otros para obtener su favor. Piensa por un momento en cómo te sentirías tú frente a alguien que sólo te busca para obtener un favor o un bien. De seguro que te incomoda sentirte usado por los demás. Igual pasa con el Señor, cuando llegamos a su presencia con este tipo de intenciones interesadas y malintencionadas. El mismo Jesús se incomodó cuando se acercaban a él sólo por los milagros. Acércate a Dios por ser Dios, no por lo que puedes obtener de Él.

Que nuestro amor y devoción por Dios crezca cada día, aunque no entendamos o no obtengamos todo lo que queramos y recibamos noes en lugar de síes a nuestras oraciones. Ama a Dios con intensidad y déjate impactar por el más pleno y puro amor que nadie podrá darte. No huyas de Dios en los problemas o cuando se tarde la respuesta. Sean buenos o malos los tiempos, él seguirá permaneciendo fiel. Así que cambia tu lenguaje de vendedor con Dios para convencerlo de comprar tus productos. Ámalo y síguelo sin reservas ni condiciones.

Si vas a prometer, cumple, pero mantén tus oídos atentos a su dulce, tierna y potente voz a través de Su Palabra y de las circunstancias que vivamos. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla

Haz que este articulo le llegue a más personas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top