Tener poco o tener mucho mientras tengamos al Señor, no debe ser motivo de angustia. El es la fuente eterna de provisión, luego entonces nada faltará a ninguno de sus hijos. Por ello temer a Dios es fuente de sabiduría. Si las circunstancias permiten momentos de tener poco, pero tomados de la mano del Señor, se semeja a lo que Moisés conversó con el Señor. Si la presencia de Dios estaba con él en el desierto, eso era más que suficiente de saber, que nada habría de faltarle a él y al pueblo de Israel.
Por eso nuestro enfoque debe estar allí. Tenerlo a Él. Eso es todo para nosotros. Tener riqueza en medio de angustias y festín de carne sazonada con odio, es algo imposible e insostenible de disfrutar. Que nos sirvan poco o sólo verduras pero que sea con amor. Ese será el más abundante banquete que podamos disfrutar. Sentarse a comer en casas donde prima el odio y los conflictos, se siente en el sazón de la comida que probamos.
Deja que el amor de Cristo sobreabunde en tu corazón y entrega esa dosis a cada miembro de tu casa. El sazón en las palabras que decimos, el buen trato y el respeto a los seres que amamos, son formas a través de las cuales decimos que amamos también. No es concebible decir que amamos, pero maltratamos y abusamos a quienes decimos amar.
Cuida lo que comes y lo que le das a probar a tus generaciones venideras. Modelamos a un Dios de amor y el mayor reflejo que podemos dar, lo mostramos con el ejemplo. No te angusties entonces con lo material que nos quita la paz y el buen sueño. Esfuérzate en que en tu casa abunden los manjares de buena comunicación, proteínas de amor y perdón, vegetales de fe y de paz. No lleves las preocupaciones y los conflictos a la mesa.
Que el Señor te de la sabiduría para mejorar tus relaciones familiares día a día. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con otros amigos y familiares el link de este mensaje.
Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla
¡Me encantó! Lo compartiré con mi hija también, pues se que el mensaje le va a llegar tanto como a mí. Memorizaré Prov 15:16-17. Tenerlo a Él es tenerlo todo. ¡Gracias! Me hacen mucho bien estas reflexiones de la palabra muy frescas, sencillas y que me llegan directo al corazón. Bendiciones. Ani