Testificar de Jesús a través de nuestros actos, forma de vivir y de hablar, no es ni será nunca tarea fácil de lograr. Algunos piensan que los cristianos controlamos, porque imponemos un sólo punto de vista y es el Bíblico. Fundamentarse en la escritura, no es retrógrado ni anticuado. Son principios atemporales que por desconocerlos, se han fracturado los cimientos morales de la sociedad de hoy. Vivimos en medio de presiones donde todo se vale y es permitido. La justificación es: \”Si te hace sentir bien y no le hace daño a nadie, hazlo\”. No importando si nuestro comportamiento desagrada a Dios y la Biblia lo repruebe. La Palabra del Señor es inequívoca, nos da dirección y ofrece un único camino para obtener la salvación de nuestras almas y la vida eterna, y es a través de la fe salvadora en Jesús. Por eso como cristianos e hijos de Dios, modelamos, inspiramos, animamos, NO IMPONEMOS éste modo de vivir, como el único y suficiente, para traer paz al corazón y renovar nuestra manera de vivir. Buscamos modelarlo con nuestro comportamiento y forma de vivir. Titulo la entrada de hoy, como un compromiso diario delante de quienes aún, no le han dado la oportunidad a Jesús, de convertirse en su único Señor y Salvador personal.
Necesitaremos crucificar los deseos pecaminosos y por aquellos débiles en la fe, cuidaremos las palabras que decimos y las decisiones que tomamos. Si hacemos lo mismo que los demás hacen, que no temen a Dios, ¿Dónde está la diferencia? No hay nada diferente que puedan decir que tenemos o hacemos, distinto a lo que ellos hacen. Qué tremenda responsabilidad la que tenemos amado lector. Portamos la imagen de un Dios invisible a través de nuestros actos visibles. Es una de las formas que el Señor utilizará para que los corazones duros y hostiles a su amor y su palabra, puedan rendirse y aceptarle. Nadie es profeta en su propia tierra. Es el hogar y la familia, el lugar más difícil para mostrar el amor de Dios. Allí nos conocen bien, no hay caretas que ponernos, pero es un reto diario, no imposible de lograr. Te desafío a hacerlo y verás la luz de Jesús alumbrar en la oscuridad de algunos corazones cercanos a tu familia.
El pasaje de hoy nos insta a demostrar, no con apariencia porque sería hipocresía, de que nos hemos arrepentido de nuestros pecados y pasado de errores y múltiples equivocaciones, cuando aún no conocíamos de Dios. La luz de Jesús ha alumbrado nuestros corazones y su presencia y favor nos ayudarán a terminar de completar, lo que aún sentimos está inconcluso. Es Jesús nuestra esperanza, aunque aún haya áreas del carácter en ser pulidas. Se humilde en reconocerlo. Pide perdón y discúlpate con aquellos que debido a tu mal ejemplo y mal testimonio, has llevado a alejarlos de los caminos de Dios. El Señor nos ayude a todos a ser luz en medio de la oscuridad. Recuerda que Jesús no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación a tu correo electrónico, cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de esta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz inicio de semana y de mes.
Pr. José Ángel Castilla
Eso es una gran verdad pastor, pero que difícil es, sobretodo cuando en casa todo te lo critican pero las palabras que utilizan para molestar son siempre de alto calibre. Es superdificil. Dios le siga bendiciendo grandemente a ud y a su familia.
Amén. No es nada fácil ser el ejemplo de Cristo ante los demás. La mejor manera es hacerlo por amor a Cristo y por agradarle a Él, así no te importarán los comentarios dañinos de los que amas.