Hay situaciones y conflictos emocionales en mayor o menor escala, que se le volvieron a muchas personas, cómo tácitas de su vida cotidiana. Casi que de manera convivencial, normalizamos ciertos comportamientos consecuencia de la falta de perdón y el dolor contenido en el alma. Son estas situaciones que necesitamos tratar y dejar de ver como los puntos suspensivos y apartes de nuestras relaciones. Historias que quedan pendientes de lidiar y cerrar, que hoy con éste artículo, quiero llevarte a que le pongas el PUNTO FINAL. Recuerda que Dios nos creó con la capacidad de asociarnos y relacionarnos con otros. No podemos romper relaciones con amigos y familiares, sin darnos un espacio de escucha y perdón, con miras a una restauración pronta. Con dolor es imposible restaurar, por eso debemos tratarlo y curarlo de nuestros corazones.
Es difícil poner a las personas de acuerdo y sí a ésto le sumas la falta de empatía, nos llenamos entonces de razones para no resolver nuestros conflictos internos y externos. Restaura siempre la relación con tu creador, ten un correcto concepto de ti mismo y mantente presto a conversar, escuchar y resolver las diferencias con los demás. Los problemas se tratan, no se dejan sueltos y sólos para que se solucionen con el tiempo o producto del azar. Creo que debemos ser intencionales y procurar siempre estar en paz con los demás. El amor del Padre manifiesto en Cristo Jesús, es combustible para relacionarnos de forma sana con nosotros mismos y con los demás. ¿Qué situación en tu vida necesitas ponerle punto final? No evadas más. Ora y provoca esas conversaciones pendientes. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Tus comentarios son importantes. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla