¿Cuántas relaciones y personas han pasado por nuestra vida, que se quedaron relegadas en el camino, porque el resentimiento nos llevó a sacarlas de nuestra vida para siempre? Hay miembros de nuestra familia y amigos que hoy, los divide de nosotros un portón cerrado con rejas, al que de seguro le pusimos un gran candado 🔒 y perdimos o botamos la llave, para no volver a abrirlo jamás.
Las ofensas son las trampas más comunes que utiliza el enemigo de nuestras almas para hundirnos en ellas al tropezar y caer. Las familias más queridas y los amigos más íntimos no están exentos de fallarse y ofenderse. El ciclo de resentimiento, lo inicia una palabra, una burla, un mal entendido que nos sume en una celda de resentimiento. La ofensa nos lleva a dolernos y postrarnos en lamentos y llanto que nos hace guardar y reprimir sentimientos negativos. La impotencia, frustración y la ira acumulada da a luz un rencor implosivo, silencioso, que muda nuestro rostro en amargura, causandonos deseos de odiar, de vengarnos y de ser violentos.
Te has preguntado: ¿Por qué nos hace tanto daño el resentimiento?
El resentimiento es veneno a nuestra mente y nos hace daño cuando no queremos soltar y dejar ir a personas en nuestra vida, culpamos a otros de todo cuanto nos ocurre y cuando dejamos relaciones con ciclos abiertos o finalmente no manejamos la inteligencia emocional.
El próximo jueves termino la segunda parte de este artículo. Te comparto el enlace del programa Directo al corazón del canal cbintv por youtube. Así podrás ver la enseñanza completa.
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Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla
Sin lugar a dudas el resentimiento es como la maleza, si no se arranca de raíz dañará la buena tierra y no habrá cosecha; así es en tu corazón.
Muchas gracias por el mensaje
Esperamos la segunda parte..!!