Frustración

Una de las emociones con más poder y que tenemos que palear desde que somos pequeños, se llama: FRUSTRACIÓN. Pese a eso, aprender a gestionarla, se volvió tarea difícil para muchos. Hoy en día vemos a niños y adultos con altos índices de frustración, que dada la intensidad para controlarla, les cuesta canalizarla y se les convierte entonces, en un arma en contra. La frustración es una emoción desagradable de sentir y es el resultado de no obtener aquello que queremos o esperamos. También nos indica, la distancia entre lo que nos gustaría, nos importa mucho y lo que tenemos. Alguien FRUSTRADO, tiene muchos problemas para negociar y se pierde en el malestar que la emoción le genera. Algunas formas para gestionar positivamente la frustración, es distanciarte de los acontecimientos y ver las cosas desde fuera.

Cuando nos invadan emociones como la frustración, la rabia o la tristeza, tomemos un tiempo para validar lo que nos pasa, oremos y luego dejamos ir lo que sentimos. Abrazate a promesas escritas en la Palabra de Dios, adora con más fuerza y fe que nunca. No consientas la frustración, como un estado permanente de vida. Hablar, escribir, replantear proyectos y planes, siempre con objetividad y dándonos la opción de un plan b ayuda mucho. Hace dos años hice planes de vacaciones con mi hija. Cuando llegamos al aeropuerto, no nos dejaron montar al avión porque su documento de identidad no lo teníamos en físico, sino una fotografía del mismo en mi celular. Sofi se puso a llorar y se sintió culpable debido al olvido de su documento. Pensaba y sentía que aquel viaje por el que se había ilusionado tanto, se le estaba arruinando y yo iba a perder dinero. Mientras la calmé, consolé comencé a resolver  viajar por tierra y no frustrarme porque un plan no se dió.


No te llenes de amargura porque algo sencillo, medianamente difícil o muy complejo, no se te dió. DIOS siempre nos dará la salida, si abrimos la mente y el corazón a otras opciones y también aprender de lo sucedido. Esta lección fue inolvidable para mi hija. La hizo aprender, que siempre debemos portar nuestros documentos. No hay peor consejero que la frustración, aunque es una emoción muy poderosa y con un alto efecto proactivo, suele dirigirnos hacia comportamientos poco correctos y autodestructivos hacia el objeto que la provoca. Aprende a diferenciar entre lo que quieres, lo que necesitas y lo que realmente puede darse. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Tus comentarios son importantes. Comparte el enlace de éste mensaje a tus amigos y familiares. Abrazo fuerte para todos.

Pr. José Ángel Castilla

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2 comentarios en “Frustración”

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