Hace muchos años encontré a un amigo a quien aprecié mucho, muy pensativo y le pregunté por la expresión que veía en su rostro si le ocurría algo. Su respuesta a mi pregunta fue: “Estoy aprendiendo a vivir”. Esa contestación inspira el nombre del artículo de hoy. En ese momento en que escuché aquella frase, me hizo reflexionar de forma profunda, sobre el secreto del saber vivir, ya que provino de una persona que pese a su juventud, respondió con profundidad y madurez respecto a las lecciones que le dejaba la experiencia vivida. Aprender a vivir, tiene mucho que ver con el secreto de manejarnos correctamente, indistintamente de la edad que tengamos, o de acuerdo a la situación que nos toque afrontar. No puede ser que al primer signo de faltarnos algo, reneguemos y olvidemos lo que Dios ha hecho en nosotros. Tampoco saber vivir, es sonreír porque nuestras despensas y ahorros rebosan. El día que nos falta algo, la queja, la crítica y la tristeza se vuelven pan diario. Eso no es saber vivir entonces amado lector. Esta es una de las perlas en la escritura que quiero dejarte para que la guardes en el corazón: Aprende a estar contento con lo que tienes.
Si te equivocaste en los negocios, se te redujeron los ingresos o estás muy endeudado, busca la forma de reajustar el presupuesto y sigue dependiendo de Dios. Que tu gozo no sea negociado con nada y menos con una cara larga o de queja por la situación presente. Venga lo que venga o pase lo que pase, la fidelidad de Dios superará todo obstáculo y nos sorprenderá siempre. Con mucho o con poco, con abundante o poca comida, aprende a vivir con gratitud y contentamiento en el corazón. Será esta actitud, la que precipitará que buenas y grandes cosas te sucedan. El pesimismo es mal consejero y nos aleja de los milagros. Si quieres ser sorprendido por ellos, tienes que comenzar a creer que llegarán, mucho antes de lo que otros te hagan ver. ¿Estás listo para creerlo? Entonces sucederá. Mientras tanto, ora, da gracias todos los días y bendice con tus labios a tu casa y a tu familia. Renuncia al lenguaje pesimista y orgulloso, de sentir que todo pasa porque somos buenos trabajadores y nos olvidamos de la gratitud al Señor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación, cada vez que suba un nuevo artículo. Tus comentarios son importantes. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
1 Samuel 14:6 es uno de mis versículos favoritos, porque creo en un Dios poderoso que no depende de nuestros recursos o circunstancias. Hace algunos años quede sin trabajo, fueron un poco más de 5 meses, los primeros días fueron de tristeza absoluta porque yo pensaba que era quien sustentaba mi casa, el Señor me enseñó que Él es quien cuida de mis hijos y de mi. Fueron casi 6 meses en los que nada faltó, puedo decir que tenía de sobra. Dios es suficiente en nuestras vidas, con Él lo tenemos todo y podemos estar seguros. Bendiciones y feliz día.
Amén, y aún más importante recordar proverbios 1:7; el principio de la sabiduría es el temor a Jehová, podemos aprender a vivir como el mundo lo rige y al final de l travesía sentirnos vacíos y obstinados porque no hicimos lo que nuestra alma anhela: estar con el padre.
De joven pensaba mucho en que no sabía vivir y culpaba el hecho de que nadie me había enseñado como hacerlo pero, tras llegar a la iglesia y comenzar a leer la palabra de Dios me di cuenta que el manual de vida está allí: en la espada de verdad que es la palabra de Dios. No es necesario improvisar cuando todo está en manos de Jehová, solo queda ser sorprendidos.