William Penn dice que: El secreto de la felicidad, es contar tus bendiciones mientras otros suman sus problemas. ¿Qué piensas acerca de ésto? Los leo en los comentarios al final del blog.
La sagrada escritura nos enseña acerca del ser agradecidos. Muchos versículos nos dicen que debemos dar gracias y alabar a Dios. Además de la Biblia, muchos otros artículos e investigaciones, nos exponen acerca de los beneficios de ser una persona agradecida. Alguien que tiene gratitud en el corazón, se deprime menos, obtiene mejores calificaciones académicas, duerme mejor, se mantiene con buena salud, desarrolla amistades más profundas y tiene una clara y excelente perspectiva acerca de la vida. La carta del apóstol Pablo a los Tesalonicenses, nos insta a dar gracias en todo momento. Vivir agradecido, es caminar en la perfecta voluntad de Dios para nosotros. La neurociencia nos enseña que lo que pensamos, puede cambiar la estructura del cerebro. Si podemos elegir en lo que pensamos, permitamos que pensamientos de gratitud llenen nuestras mentes. El secreto de la felicidad está en la gratitud amado lector.
Tómate el tiempo para escribir cinco cosas por las que estás agradecido. Lo puedes hacer en cualquier momento del día o de la noche. Mantente constantemente pensando en lo puro, bueno, justo y digno de alabanza y camina con gratitud. Cuéntale a otras personas sobre lo que agradeces a diario. Quizás agradezcas por contar con la amistad de alguien, el contemplar un lindo amanecer, experimentar la misericordia de Dios o recibir una bendición inesperada. Decirlo lo hace más real. Crea el hábito de agradecer siempre, de ésa manera Cuando las tormentas de la vida nos arrecien, sepamos cómo navegar sobre aguas turbulentas. Confia en Dios y elige ser agradecido, aunque no entiendas el mundo que nos rodea. Recuerda que el Señor no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de ésta reflexión con tus amigos y familiares. Feliz fin de semana. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla