Un día leí que la vida debemos tomarla con amor y también con un poco de humor. Con el amor la comprendemos, pero con el humor la soportamos. ¿Qué opinan ustedes?
Hay quienes crecieron en medio de una familia que discutía mucho y se irritaban por todo, con mucha facilidad, y nunca aceptaban una diferencia de opinión. Cada día el discutir, se volvió el pan de cada día en algunas familias. Te has preguntado si: ¿Discutir nos sirve de algo?, ¿ Es posible discutir sin pelear?Peter McGraw creó el “laboratorio del humor”. Allí estudian el impacto del humor como terapia y usan la risa como “fármaco” para mejorar la calidad de vida de pacientes con cáncer. Aunque la ciencia apoya estas iniciativas, se ha demostrado que más que la risa, lo que mejora en éstos pacientes, es su buena actitud, optimismo y fuerza. Discutir implica que dos o más personas, traten los asuntos de forma minuciosa, se escuchen mutuamente y se revisen los puntos de vista contrarios. Discutir no significa un hostil enfrentamiento, sino una puesta en común de opiniones, en aras del esfuerzo para mejorar la comunicación.
Cada discusión es un mundo, pero muchos de los errores que cometemos al discutir, es que nos llevamos las cosas al terreno de lo personal. También el ego de algunos, que siempre quieren tener la razón y aunque estén equivocados, no aceptan sus errores. Llevar una discusión al plano de la pelea, es garantizar la ruptura de relaciones interpersonales. El ambiente que se respira en entre personas que se han herido y maltratado es completamente tóxico e insostenible. Abre tú corazón a Jesús y permite que pueda sanarlo. Sonríe con el gozo del Señor, el cual es nuestra fuerza y evita caer en discusiones sin sentido. Renuncia a la mentalidad de pelea y no magnifiques tus problemas formando tormentas en un vaso de agua. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Tus comentarios son importantes. Abrazo fraterno para todos y feliz fin de semana.
Pr. José Ángel Castilla
Una vez y por primera vez me llamaron intolerante, porque no le quedo callada y digo lo que siento y pienso. Lo cual me llevaba a sentir coraje y mucha molestia por esas personas que terminaba alejándome , pero hoy desde una perspectiva guiada por Dios siento que día a día Dios está trabajando en mi ese carácter que en mi no estaba desarrollado, para un día a la vez ir conquistando mi carácter como las emociones con su ayuda y favor! Ahí voy un día a la vez !