Cuando lo mejor es callar

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Hay personas que no saben tener la boca cerrada, por esa razón se meten en problemas. Si eres colombiano y vives en la costa norte del país, de seguro has escuchado la expresión popular: \”Se me salió\”. Cuando esa frase se dice, ya se hizo un daño, de seguro a la vida de alguien. Se habló, se exageró, se murmuró, se burló de una persona que a lo mejor, no se imagina lo que de ella dijeron. Si no tenemos nada que decir, lo mejor es quedarse callado. Los proverbios imparten sabiduría para todos los que los guardan en el corazón y los ponen en práctica.

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Este pasaje exhorta a los que hablan demasiado. Cuántas veces has estado en reuniones en la que no se tiene tema, no se habla nada que edifique y la justificación de compartir un tiempo con otros es hablar, criticar y murmurar de terceros. Cada vez que cruzas esa línea del respeto y rompes los códigos de lealtad hacia tus cercanos hablando de más, pecaste por falta de dominio propio con tus palabras. Los chismosos y flojos de lengua, no son amigos de nadie. ¡Es muy complicado abrir el corazón y ser amigo de alguien así!

Dios me ha enseñado a mantenerme callado y silenciarme en reuniones donde se burlen, murmuren de alguien, o cuyo tema de conversación no edifique. Si no tengo nada que opinar me silencio. Contaminar nuestra boca, oídos y corazón es muy fácil. Razón por la cual debemos guardarlos. Calla para guardar la vida de los seres que amas. Si te hablan mal de ellos, ¿Por qué corres a pensar y creer lo malo que te cuentan? No pienses mal ni repitas lo malo que oyes de los demás. Mira la vida de quien te lo cuenta, quizás otro día en otra reunión, hablará mal de ti. Pide a Dios dominio propio para callar, no te vas a reventar si permaneces en silencio.

Una palabra proferida, sea buena o mala, es como una pluma que el viento arrastra a donde quiere. Si tus palabras son como plumas, imagínate hasta donde pueden llegar. Destruyen o edifican, todo salido de la misma boca. No te juntes con chismosos, evítalos. Cuida tu lengua de no hablar mal de nadie. No es chistoso ni gracioso poner en nuestros labios la vida de otros sólo por diversión. Calla y huye de reuniones donde se difama y se murmura. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Dale un me gusta a este post y comparte con otros amigos y familiares el link de este mensaje. Escribeme desde que lugar del mundo me lees.

Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla

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