Un milagro de multiplicación

Jesús se retiraba junto a los apóstoles, sin llamar la atención hacia la ciudad de Betsaida, pero las multitudes descubrieron hacia dónde iba y lo siguieron. Él los recibió y les enseñó acerca del Reino de Dios, y sanó a quienes se encontraban enfermos. Empezó a atardecer y los discípulos le sugieren a Jesús, que despida a las multitudes para que puedan conseguir comida y un lugar en donde pasar la noche, ya sea en las aldeas o granjas cercanas. Éste pasaje de hoy muestra la gran compasión del Señor, al ver a las multitudes hambrientas y sin tener un lugar en donde alojarse. Veo esa paternidad que se mueve, a favor de sus nuevos seguidores que no sólo necesitaban del pan físico, sino también del pan espiritual. Algo que caracteriza a todo buen padre está allí: en SER FUENTE DE PROVISIÓN y nunca abandonar a sus hijos.

El lugar en el que Jesús estaba enseñando, estaba muy retirado de sitios en dónde encontrar comida. El gran RETO DE FE para los discípulos, fue creer en que a ellos les tocaría dar de comer a las multitudes hambrientas y fatigadas. ¡Cuánto estrés y angustia debieron sentir cuando miraron que lo único que tenían era: CINCO PANES Y DOS PESCADOS! Había en ese lugar alrededor de cinco mil hombres y la solución que da el Señor, es que se sienten en grupos de cincuenta. Toma entonces los cinco únicos panes y los dos pescados que encontraron los discípulos, miró hacia el cielo y los bendijo. A medida que partía los panes en trozos, se los daba a sus discípulos junto con los pescados para que los distribuyeran entre la gente. De seguro mientras estás leyendo, estás visualizando el área en la que anhelas, que el Señor te bendiga y multiplique en tu necesidad o escasez.

Dios no resta ni divide, sino que siempre suma y multiplica. Las multitudes comieron todo cuanto quisieron, aún así los discípulos juntaron doce canastas con lo que sobró. Abre tus manos y presenta al Señor lo poco que tienes, y permite que eso pequeño en sus manos se vuelva grande y numeroso. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla