Un destino seguro

Cristo es el camino, la verdad y la vida. Imposible ir al Padre, sino es a través de Él. Pablo nos enseña en estos pasajes que su vida estaba completa, pero en el Señor. Por eso declaraba, que su vivir era por El y si llegare a morirse, también estaba feliz porque partiría a su presencia. Conversar sobre el tema de la muerte, para algunos, es motivo de miedo, por la incertidumbre que deja, el no estar seguros de su eternidad. A otros les da miedo dejar a sus seres queridos en esta tierra, si llegaren a partir prematuramente. Creo que hablar de la muerte a la luz de la Biblia, debe enfocarse no desde el punto de vista del miedo, sino de la alegría de estar con él Señor.

Los seres amados nos aferran y anclan a no querer partir a la eternidad. Vence hoy todo temor al futuro, respecto a tu eterno destino final. Si estás seguro y pleno de tu salvación en Cristo y que ella no la definen las obras, para que nadie se gloríe, ten la certeza que te irás con el Señor. Sólo confírma a Cristo, como el único y absoluto Señor de tu corazón.

Si Pablo moría, lo veía como una ganancia y si quedaba vivo, era con propósitos de bendición para la obra de Dios. Ya no se bastaba su vida sin la presencia de Dios.

Por eso alégrate en Dios, respecto a tu conciencia de salvación, todos los días de tu vida. Cristo es tu vida y la de tu familia. Es la vida de las generaciones venideras. Vela que Él sea el Señor de cada miembro de tu familia. No es luego de morir, que definimos la eternidad. Es mientras estamos vivos. Muertos no podemos orar ni escoger un destino celestial. El boleto para ese viaje, es la fe en Jesucristo como único y absoluto Rey de tu corazón.

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Pr. José Ángel Castilla.