Dios es justo. Por esa razón no desea ver a sus hijos involucrados en situaciones turbias que pongan en entredicho su credibilidad e integridad. Que cuando de nosotros se hable, se diga que nos parecemos al Dios que predicamos y servimos. No que evitamos pagar, nos escondemos de a quien le debemos, o que le robemos a los demás. El ejemplo es claro, en este pasaje escrito por el rey Salomón. Nos muestra una situación específica, con las pesas de una balanza. El valor que se muestra es uno, pero el peso real es otro.
Ya en la antigüedad se veía como los mercaderes adulteraban sus pesas para robar. En éste tipo de transacciones, uno gana y otro pierde o le roban. Claramente un ladrón no simplemente es el que toma un arma y entra a un banco, o despoja de sus pertenencias a una persona que transita por la calle. En el momento que tu balanza te favorece, para ganar más, a costa de entregar menos a quien te compra, estás robando.
Pecados como éste, se cuelan en el tamiz de muchos hijos de Dios. Como piensan que nadie se da cuenta, lo pueden seguir haciendo, ya que según ellos les va bien. Creen que así son los negocios, se justifican en que todo el mundo lo hace y es una forma lucrativa de obtener más ganancias. Erróneamente piensan que es una bendición de parte del Señor. No puede haber bendiciones, si para conseguir lucro estamos robando a alguien. Todas estas razones, no pueden justificar éste proceder equivocado delante del Señor.
Revisa y sincroniza la balanza en todas las áreas de tu vida. En tu familia, en tu trabajo o empresa, en tus relaciones de amistad o de matrimonio hay un desbalance en el que necesitas tomar correctivos de equilibrio. Mira a quien le estás quitando, con quién estas siendo injusto. El Señor es especialista en pesar los corazones y sacar la levadura que leuda tu masa. Renuncia a toda maldición y pecado de robo, avaricia e injusticia. Fue sacrificado un justo, quien derramó su sangre y pagó un precio para hacerte libre de toda condenación: Cristo Jesús.
Dios pone orden a tu vida y sincroniza tu balanza. Se equitativo, justo con los demás y verás cómo de lo que siembras recoges. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con otros amigos y familiares el link de este mensaje.
Abrazo fraterno. Feliz fin de semana.
Pr. José Ángel Castilla.