Jesús contaba historias en forma de parábolas, a las multitudes que provenian de varias ciudades y que se reunian para escucharlo. A los discípulos se les permitía entender los secretos del reino de Dios, que para muchos otros les era difícil de comprender, por su religiosidad y dureza de corazón. Las parábolas eran para esas multitudes, para que se cumpliera la profecía de la Escritura cuando dice: “Cuando miren, no verán realmente. Cuando oigan, no entenderán”. Cuántas veces fuimos nosotros, como esos que miraban pero no veían, porque la luz del Señor no nos había alumbrado la oscuridad del corazón. El pasaje del día de hoy inicia precisamente, con la primera parte de la parábola del sembrador. Esta historia describe a un agricultor que salió a sembrar. A medida que esparcía las semillas por el campo, algunas cayeron sobre el camino, en donde las pisotearon y los pájaros se las comieron.
El significado de ésta parábola, lo explica Jesús de la siguiente manera: La semilla es la palabra de Dios y esas semillas que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje, pero el enemigo de nuestras almas, les arrebata la semilla para que no caiga en el terreno de su corazón y germine. Esto ocurre porque el diablo es especialista en hurtar, matar y destruir todo en nuestras vidas, incluso buscará los medios, para pisar la preciosa semilla de la Palabra de Dios. Por eso necesitamos atesorarla y no menospreciar ninguna palabra de parte de Dios, que llegue a nuestros oídos. Esas semillas tienen el poder de la vida para bendecir nuestra tierra y que nuestras vidas cambien para siempre. Escribiendo éste artículo Dios puso en mi memoria, tantos momentos en los que por dolor y oscuridad en mi corazón, no escuché algunos consejos que fueron semillas de vida, listas para producir cambios en mi.
Vendas a mis ojos y tapones en mis oídos quitó el Espíritu Santo, para poder arar mi tierra y sembrar el evangelio de Cristo, que cambió áreas de mi corazón para siempre. Rindete con sencillez y humildad al Señor y permite que tú corazón reciba y nunca menosprecie los consejos inspirados en la Palabra de Dios. Ellos te guardarán del mal y darán vigor y frescura para tu corazón. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos y feliz fin de semana.
Pr. José Ángel Castilla
Amén. Feliz fin de semana
Amen que Linda palabra 😇 –
La palabra es edificante y esta parábola nos enseña a perseverar en la oración y seguir el camino que Cristo nos enseñó. 🙏