Continúa el Señor enseñando a las multitudes acerca de la parábola del sembrador. En ésta oportunidad las semillas caen sobre las rocas, el cual es un terreno duro, en donde dificilmente una semilla pueda prosperar y crecer. Así sucede exactamente con la semilla de la Palabra de Dios cuando llega a corazones endurecidos, necesitará la acción del Espíritu Santo para pulverizar la dureza y permitir que la verdad sea plantada, en lugar de la mentira y de los argumentos que muchas veces impiden la renovación del entendimiento. No podemos ser cristianos sin profundidad, nuestras raíces tienen que crecer internamente para poder tomar los nutrientes necesarios y también beber del agua de la vida. Jesús explica cómo las semillas de la parábola, caen entre las rocas, pero al poco tiempo comenzaron a crecer y sin embargo, la planta se marchitó y murió por la falta de humedad.
Las semillas sobre la tierra rocosa representan a todos los que oyen el mensaje de la Palabra y lo reciben inicialmente con alegría; pero como no tienen raíces profundas, creen por un tiempo y luego se apartan cuando enfrentan la tentación. Por eso es tan necesaria en nuestra relación con Dios, echar RAÍCES PROFUNDAS. El mensaje de Cristo no podemos dejar que se marchite porque no lo regamos o somos emocionales y fluctuantes. Ser cristianos no es una moda o buscar de Dios para resolver algún problema y después apartarnos. La vida en Cristo implica vivir alegrias y tristezas, desafios de fé y momentos en donde necesitaremos establecer límites, para no ser blanco fácil de los dardos de fuego del maligno, que terminen por dañar nuestro corazón.
Quien no crece, decrece y estudiar la Biblia, nos permite echar raíces fuertes para no fluctuar en la fe. Se fuerte frente a la tentación, porque la Palabra de Dios está plantada en tu corazón. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz inicio de semana.
Pr. José Ángel Castilla
Soy amante de las plantas y el estar sembrando, podando, trasplantando me hace entender en cierta medida la condición de la tierra para que una planta pueda crecer fuerte y con raíces profunda.
En la cuarta región de Chile la tierra es muy rocosa y seca pero es maravilloso romper con una pala la dureza y firmeza de esta tierra hasta lograr la profundidad que se necesita, luego tratar con abono y agua para optimizar la siembra de la pequeña planta.
Así como es la dureza de esta tierra es la dureza de los corazones humanos por la justificación y comodidad de sus pecados…
La palabra nos enseña a los jardineros de Dios que fue lo que falló para que la planta se muriera en el proceso y de esta manera corregirlo.
Edificante mensaje.
Bendiciones Pastor 🙏