Puertas abiertas

Esperar no significa que ignoremos la realidad y al asumirla, reconocer la soberanía de Dios. Nuestra esperanza no está ligada a que nuestras expectativas finalmente se cumplan a nuestra manera y en nuestro tiempo, aún si cambian las circunstancias o las personas. Nuestra esperanza está ligada a la promesa inmutable de Dios: Esperamos el bien que sabemos que Dios finalmente traerá, ya sea que el bien resulte coincidir con nuestros deseos o no. La vida está llena de momentos en los cuales nos vemos obligados a tener esperanza como única alternativa y a través de ella ser formados por el Señor.

¿Qué estás esperando en este inicio de año?

Cada comienzo de año es un buen tiempo para reconsiderar soltar y tomar. El mes de enero es el arranque y a la vez las puertas de un nuevo año que Dios en su inmenso amor y fidelidad abrió para nosotros. Ten la más alta expectativa de ver puertas abiertas en todas las áreas. Camina por encima del temor y de la intimidación del aumento de casos de Covid 19 o de ómicron. Haz lo que te corresponde y depende de Dios. Tu salud, tus finanzas, tus emociones y sentimientos están al control del Señor, si así lo entregas y esperas en su infinito poder. Cuán desagradable es iniciar un nuevo año simplemente cambiando 2021 por 2022, pero sin expectativas ni esperanzas en el corazón.

Dios te revista de nuevas fuerzas para que corras sin cansarte y camines sin fatigarte. Sus pensamientos para contigo son de paz y no de mal, para darte el fin que esperas según los textos proféticos de Isaías y Jeremías nos enseñan. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Si fuimos asistidos en el 2021, Dios lo hará también en el 2022. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla