Del enfado a los gritos.

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Sentirnos enfadados o molestos por algo cotidiano puede en algunos casos llevarnos a los gritos. La persona que grita está viendo un reflejo de lo que ella es y no le gusta. A esto se le denomina la \”teoría del espejo\” y ocurre cuando una reacción o comentario de alguien nos hace enfadar de forma descontrolada. En el fondo quien grita se está viendo reflejado en lo que no le gusta de si mismo y reacciona a la defensiva. No quiere ser así y por eso grita.

Nuestro entorno no tiene la culpa del enfado que cargamos y mucho menos, merece escuchar nuestros gritos. Miremos hacia adentro de nosotros mismos, en un exámen con el Señor y pregúntate por lo que está mal, pero no nos desquitemos con los demás. No es justo hacerlo. ¿Cuándo fue la última vez que gritaste? ¿A quién? y ¿por qué? ¿Qué situación o personas te hacen enfadar con facilidad? Te leo en los comentarios.

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Hay situaciones que pueden hacernos enfadar: Esperar a alguien que llega tarde siempre y retrasa tus demás actividades de agenda, el desorden, que nos hablen mal de otra persona, el tráfico de la ciudad, la pasividad de algunos para asumir retos, la irresponsabilidad de otros, la injusticia, que nos falten el respeto o que nos lleven la contraria, entre muchas otras razones. Una cosa es enfadarnos, pero cuando perdemos el control y gritamos, es cuando nos sentimos frustrados, ignorados u ofendidos por lo que nos han dicho o hecho. Ese evento desafortunado, nos llegó muy profundo. Esto ocurre, porque es nuestro reflejo.

La forma más fácil de expresar la ira es mediante el grito. Gritar intimida y genera rechazo en quien se siente insultado con los gritos. Denota agresión contra nuestro entorno familiar, laboral y de amistad. Todos merecemos ser bien tratados nadie quiere que lo traten a los gritos. Abandona toda agresividad verbal y abraza el amor del Padre. Renuncia a la amargura de alma, trabaja en tu autoestima y trata a los demás de la misma forma en la que has sido tratado por el Señor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Bendice a tus amigos y familiares reenviando el link de ésta reflexión. Deja tu comentario al final. Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla

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