Después de la tormenta

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En estos días llueve muy fuerte en casi todo el territorio colombiano. La lluvia es una bendición para la tierra, es una creación de Dios para regarla y ser parte de un ciclo vital, con el que todos somos beneficiados. Pero el cambio climático, producido por nuestro abuso y extrema contaminación, ha alterado las duraciones de los tiempos tanto de verano como de invierno. Cuando vemos las nubes que amenazan con una fuerte tormenta, nos intimidan, pensando que nuestra seguridad sea vulnerada, ya sea cuando conducimos nuestros vehículos o si somos peatones. También causa temor la caída de un rayo, que caigamos en un hueco en las calles, los cuales no son tan fácilmente visibles en las losas de concreto cuando llueve fuerte. O finalmente, que los \”famosos arroyos\”, aún pendientes por canalizar en nuestra amada ciudad de Barranquilla, no nos sorprendan y corramos peligro, nosotros o nuestras familias. De manera especial cada vez que me veo obligado a conducir bajo lluvia torrencial, voy orando pidiendo que la ciudad sea guardada y nadie sufra daño alguno.

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Es allí cuando levantamos nuestra mirada al cielo y debemos tener la certeza, que nuestras tormentas siempre serán temporales. \”Después de la tormenta\”, viene la calma. Se van las nubes grises, sale el sol y un hermoso arcoíris adorna nuestro cielo, porque el mal tiempo no es para siempre. Las tormentas de la vida son circunstanciales, son temporales. Inician y concluyen. Jesús tenía la autoridad que a veces se nos olvida que también tenemos nosotros. Él le habló a la tempestad y le dijo: SILENCIO 🤫 y la tormenta se detuvo y vino la calma. Cuánta autoridad la del Señor que nos ministra y lleva a estar tranquilos en medio de las tormentas de la vida. Esos momentos de adversidad son instancias para adorar, depender y darle las gracias. No son momentos para razonar, sino para soltar, descansar y encomendar nuestra vida a él. Es difícil entonar un cántico con gratitud, cuando el deseo es gritar o renegar en medio de la angustia, pero la adoración es liberadora. No temas y tampoco pierdas la fe

Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Cree que tu lluvioso y tormentoso día termina hoy. Te bendigo. Declaro paz sobre tu corazón en este día en el nombre de Jesús. Suscríbete a este blog y recibirás notificación a tu correo electrónico, cada vez que suba una nueva entrada. Bendice a tus amigos y familiares reenviando el link de este mensaje. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla

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0 comentarios en “Después de la tormenta”

    1. Aydée Acosta Suárez

      Gracias Dios por todas las tormentas que llegaron a mi vida, porque siempre estuviste a mi lado y no me dejaste desviar mi mirada hacia el fondo del mar, sino en Tí que estabas a mi lado haciéndote el dormido; enseñándome Tu actitud de confianza en el Padre. Te amo mi Buen Jesús. Gracias pastor, Abba Padre con usted.

  1. Danny Sánchez mayo

    Estas palabra me recuerda que siempre en la vida se nos presentan situaciones tormentosas, lo importante es saber que tenemos un Dios, que nos ayuda a seguir, que nos da su mano en medio de esas dificultades… Gracias Dios.

    1. Amén Pastor. Solo en el silencio de nuestros pensamientos podremos escuchar a Jesús mandar a calmar las aguas y cesar la tormenta.
      Es difícil si, no imposible con Él.

      Gracias por recordarnos que Jesús va en nuestra barca.

  2. Buenos días pastor, amén. Estoy convencida que Dios se agrada cuando en medio de nuestras tormentas podemos confiar que pronto todo estará bien, a eso lo llamo “descansar en el”.La oración es fuente de poder, y debe estar presente los momentos o situaciones difíciles de nuestra vida.

  3. Mayerlis González Castellar

    Buenos días pastor, amén. Estoy convencida que Dios se agrada cuando en medio de nuestras tormentas podemos confiar que pronto todo estará bien, a eso lo llamo «descansar en el».La oración es fuente de poder, y debe estar presente los momentos o situaciones difíciles de nuestra vida.

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