Cuando hablamos de PODER, lo definimos según el diccionario Real de la Academia, como la “posibilidad” de que algo ocurra.
El poder se relaciona con el gobierno de un país o con la facultad que un ser humano le otorga a otro, para que, en representación suya, pueda llevar a cabo un cierto plan. En el idioma hebreo, la palabra Poder significa: Dynamis (yo puedo, yo soy capaz, fuerza) En la vida nos enfrentaremos a diferentes situaciones. Podemos encontrar a muchas personas con las que interactuaremos, pero debemos aprender a identificar y escoger con quiénes estableceremos relaciones sólidas y fuertes. Sea de amistad, noviazgo o trabajo. Si escogemos mal, dejaremos entrar en nuestra vida a personas que no nos convienen. Serán gente enviada para debilitarnos y desestabilizarnos emocionalmente. Personas con la misión de desviarnos del camino correcto y entorpecer el Plan de Dios para nosotros. Estas personas son como aguijones en la carne. Miremos lo que dice el Apóstol Pablo:
La gracia de Dios y la llenura del Espíritu Santo nos ayudarán a resistir los impedimentos para no poder avanzar. Sólo el poder de Dios nos puede fortalecer, levantar y sacar de esas situaciones en las que entramos, porque no supimos esperar el tiempo perfecto, para el cumplimiento de las promesas de Dios. Que ese poder, nos de la visión correcta para direccionar nuestras vidas y permanecer en Dios. Recuerda que cuando Jesús resucitó y subió al cielo nos dejó al Espíritu Santo y el mismo poder que levantó a Jesus de la muerte está en aquellos que somos hijos de Dios. Que el amor de Dios se perfeccione en nuestras debilidades. No olvides que Él no ha terminado contigo.
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Permite que este mensaje llegue a muchas personas alrededor del mundo, que necesitan conocer a Jesucristo y ser edificados. Abrazo fraterno para todos y feliz inicio de semana.
Escrito por: Lucy Castilla Bravo
Edición: Pr. José Ángel Castilla