Mi Hogar. Es el refugio de las tempestades externas. Es mi reposo aunque haya guerra.
Mi hogar. Es el color con el que siempre pinto dondequiera que me encuentre.
Mi hogar. Es mi pausa para luego seguir, Es el mejor lugar donde quiero compartir.
Mi hogar. Es mi hoy, donde también yo doy, me hago sentir, es donde demuestro quién soy.
Mery Bracho
Un hogar es el lugar más seguro que podamos tener, para poder ser nosotros mismos. Es el espacio en donde podemos decir: “todo se vale”, por la seguridad que nos da la pertenencia, con el peligro de que se nos olvide que existen principios, tales como el respeto y la solidaridad. En un hogar sentimos que se estrechan los lazos emocionales, además de sentimientos de seguridad y confort. Necesitamos entonces cocinar a fuego lento la calidez, el respeto, el autocontrol y la bondad, porque al fin y al cabo, se trata de cuidar nuestras emociones y nuestro bienestar común. La inteligencia emocional se cimienta en el hogar y será la mejor garantía de una vida feliz.
Parto del principio de que un hogar no lo son 4 paredes y carente de personas, sino el lugar de la familia biológica, la espiritual y la que escogemos para que hagan parte de nuestras vidas, como lo son nuestros amigos. Cualquier lugar en donde latan corazones, cumplirá el objeto de ser un hogar para nosotros. No exijas perfección a tus seres queridos. Existirán días donde te sentirás más amado y valorado, habrán otros en donde encuentres silencio e indiferencia, pero finalmente, es el hogar que Dios escogió para nosotros. Por tal motivo, tu corazón debe encontrar plenitud SÓLO en Dios, porque ÉL ES HOGAR Y REFUGIO SEGURO PARA NOSOTROS, aún en el momento en que nuestros seres queridos falten.
Hoy medito en la historia de 2 hermanos en la escritura. Ambos vivian bajo el mismo techo, el menor de ellos pidió por anticipado su herencia para vivir perdidamente, pero el otro se amargó el corazón, al ver que su padre hizo un gran festejo para celebrar el regreso del hijo menor, que se había perdido en deleites y placeres. El padre nunca negó a sus hijos nada y fue generoso en provisión emocional y material para ambos, pero el corazón del hijo mayor, perdió su identidad de hijo, carecía de intimidad y confianza con el padre. Su motivación fue incorrecta, juzgó y criticó a su progenitor, por celebrar el encuentro de su hermano perdido. No hay \”Hogar perfecto\”, en todos encontraremos detalles como para querer huir, criticar o sentir que estamos en el lugar incorrecto.
Dale gracias a Dios por la imperfecta familia que dices tener, pero graba en tu corazón que es perfecta, porque Dios la escogió para ti. Nunca olvides que los brazos y el beso de Dios, son el perfecto hogar que podemos sentir. Así como el Padre del hijo menor lo recibió con afecto y fiesta, Dios te abre los brazos en tus regresos también, porque ÉL ES TU HOGAR. Recuerda que Él no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz fin de semana.
Pr. José Ángel Castilla
Amén. El hogar lo es todo, “inicio y continuación”.
La calidez del recibimiento en el hogar después de una larga ausencia fortalece y sella los sentimientos. El Padre lo sabe, de allí que la expresión más cálida de su amor siempre estará esperando en la puerta de nuestra intimidad.
Volvamos siempre a casa!