Si pudiéramos comparar el amor y la protección con los que el Señor nos ama y cuida, seria con el sentimiento de una madre hacia sus hijos. Dios es el mejor Padre que podamos tener y su \”tierno cuidado\” se semeja al amor de nuestras madres. Por ello cuando somos padres, entendemos un poco lo que siente Dios por nosotros. No hay ejército ni armamento de ninguna nación sobre la tierra tan numeroso, fuerte y poderoso, que el ejército celestial que Dios pone a nuestra disposición cuando de guardarnos se trata.
Son innumerables las veces que he sido guardado de la muerte o de momentos de peligro, aún sin yo darme cuenta. Todo porque Dios ha estado de manera adelantada en esas situaciones, de las cuales no me he percatado. Piensa no sólo en las veces que Dios te ha librado de un conductor imprudente cuando tu has conducido tu automóvil. O te ha sanado de diagnósticos negativos de salud.
Experimentamos tiempos no para bajar la guardia y dudar, sino para levantar nuestra fe cada día y ver a nuestro invisible Dios más visible que nunca. Siempre me ha sorprendido la soberbia de los corazones que no reconocen al Señor, porque su corazón está cegado de conocimiento y razonamiento. Por ello sólo caminan por vista pero no por fe. Por eso cada promesa de protección en la Biblia debe ser buscada, leída y atesorada. Somos los pequeños de Dios, el grande es Él. Somos las ovejas de su prado, El es el buen pastor y nos conduce hacia arroyos de agua fresca para así ser saciados.
Dios no sólo nos provee sino que también nos guarda. Por eso el salmista declara que Jesús es el Ángel de Jehová. Como nuestro abogado, nos defiende y acampa a nuestro alrededor porque le tememos y amamos. Dios está contigo, mientras leías y casi sin darte cuenta, te rodeó, guardó y prepara una bendición que viene de camino. No temas a nada que escuches o veas. Sólo deposita tu confianza y esperanza el Señor. Tan solo creelo por la fe.
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Pr. José Ángel Castilla.
Excelente mensaje para estos tiempos. Dios es nuestro guardador, ¡hay que creerlo!
Gracias por tu comentario Ricardo. Te bendigo.
Amén…Viendo al invisible… Bendiciones
No dejar de ver en este tiempo a nuestro invisible Dios. Lo que los razonadores, incrédulos y escépticos no pueden ver. Te bendigo. Gracias por tu comentario Amanda.