Uno de los títulos de Jesús como Mesías, es ser el Consolador de Israel. El apóstol Pablo en el pasaje a meditar hoy, nos da a entender que asi como grande y abundante sean nuestras aflicciones, en ésa misma medida será nuestra consolación. El Señor nos ama y el consuelo que nos entrega en los momentos difíciles, es eterno y lo da como un regalo de gracia. No se por qué razón y en qué área de tu vida necesites ser consolado. Abre tus heridas, muestrale y permite que el Espíritu Santo, sea el médico de tu dolor, a través de la medicina del amor de Jesús. Los golpes emocionales recibidos en el transcurrir de mi vida, los pude mitigar y neutralizar, a través del jarabe de amor del Señor. Nunca será fácil perdonar a quien te mintió, ofendió, te fue desleal y traicionó. Es allí donde entra a lo profundo del corazón, la acción del amor de Jesús que sana, consuela y da nuevas fuerzas para seguir adelante. Es posible perdonar con Jesús, en nuestras fuerzas y a nuestra manera, resolver conflictos y sanar el pasado, es casi imposible.
No existe impedimento alguno a través del cual, Jesús no pueda consolarnos. No hay circunstancias más allá de Su consuelo de amor. A ésto le llamamos: consuelo de amor. La palabra consuelo en este pasaje, viene del griego paraklesis y significa dar fuerzas, ayudar y hacernos valientes. El amor de Dios es motor que nos impulsa a ser fuertes y valientes guerreros. Identifica ese dolor que se volvió crónico en ti y permite que el Espíritu Santo, obre un milagro de sanidad para tu corazón en éste tiempo. Que el bálsamo del amor de Jesús, cure la consecuencia de todo el mal recibido y perdones en el nombre de Jesús. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte con tus amigos y familiares el link de éste mensaje. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Amén. Nadie da de lo que no tiene, nadie entiende de lo que no conoce.
En ésto es para lo que nos prepara nuestro Padre, cuando vivimos los procesos.
Amén perdonar es sanar el Espíritu Santo nos da esa fuerza para poder hacerlo de corazón.
Perdonar no ha sido fácil para mi, pero con la ayuda Dios cada día que pasa he ido lo grando perdonar, ya puedo decir que soy libre amén amén