La coherencia es la actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan. Espiritualmente hablando, hay una gran responsabilidad como hijos de Dios, el ser coherentes con el evangelio que conocemos. Nuestro comportamiento, decisiones y actitudes, deben ser acordes a ese principio. La incoherencia en ésto, se termina llevando por delante, a los débiles en la fe, es decir, a esas personas que recién se consolidan en los caminos del Señor. El evangelio nos presenta el caso de dos siervos. El primero de ellos, tuvo cuidado de descubrir y realizar la voluntad de Dios. Ese siervo nos entrega el gran ejemplo de sometimiento y obediencia a su Rey. Su prioridad número uno era agradar a su Señor. A veces como siervos de Dios, podemos ser incoherentes porque decimos y hablamos muy bonito, pero practicamos muy poco. Las prioridades las tenemos invertidas. El segundo siervo de la historia, se ocupó en “decir” y “hacer” muchas cosas, siendo un verdadero activista. Gente así se parece al siervo de ésta historia. Llamaba a Jesús Señor, Señor, realizó muchas obras poderosas y milagros tales como profetizar, sanar enfermos y traer libertad a los corazones cautivos.
Cualquiera diría que ese siervo era un verdadero gigante espiritual. Tres cosas llaman la atención de la respuesta de Jesús:
“Nunca os he conocido”, osea no había una relación íntima y personal con él. La segunda respuesta fue: ¡Apartaos de mi!, éste es el destino para los incrédulos. Y la tercera respuesta fue: Obradores de maldad, es decir, “sin ley”, o “transgresión de la ley”. Ésto no es más que alguien que vive al margen de la ley y se revelan contra ella. Se les dificulta pedir que venga el Reino de Dios y que se haga su voluntad, como en el cielo así también en la tierra. Seamos entonces amado lector, COHERENTES CON DIOS Y SU PALABRA. La gran comisión nos insta a hacer discípulos. Imita a Jesús y otros te imitarán a ti, porque lo imitas a él. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla