Buena tierra

Luego de que las semillas descritas en la parábola del sembrador, pasan por un camino soleado y expuesto, piedras duras y hostiles, espinos que terminaron ahogandolas, finalmente ellas llegan a BUENA TIERRA. Éste tipo de terreno es un suelo fértil y libre de hierbas. Al caer las semillas en buen terreno, se garantizaría una cosecha productiva. Ser buena tierra es tener el corazón dispuesto a ser arado y regado por el Señor, para producir al 💯 por 1 a cada grano sembrado. La mano del agricultor producirá en esa tierra VIDA. Jesús termina diciendo: El que tiene oídos para oír, que oiga. Esto no fue un llamado para que todos escucharan. Lo expresó para aquellos que eran espiritualmente sensibles para recibirlo y entenderlo. ¿Estás listo para que la vida de Cristo en ti, germine, produciendo cambios sorprendentes en tu carácter?

Jesús usó parábolas en sus mensajes y no eran simples ilustraciones de verdad espiritual. A los discípulos, les fue dado a conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás a través de parábolas. Ellas eran como rompecabezas o acertijos, que sólo aquellos que tenían la “clave” de la fe y disposición correcta, lo comprenderían. Los de limpio corazón podrán ver al Señor y la revelación de Su Palabra, será el arado para que cada vez más semillas sean sembradas en nosotros. No hay argumento humano que pueda igualar el conocimiento de Dios. Por eso te motivo amado lector, a amar la Palabra, profundizar en ella, hacerte y hacerle preguntas al Señor mientras meditas y oras cada día, respecto de las áreas ocultas que no vemos facilmente y que debemos cambiar. Escucha y atiende a la voz del Señor, cada vez que leas una nueva porción de la escritura.

Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz inicio de semana.

Pr. José Ángel Castilla