¡Qué confrontantes las respuestas a éstas cuatro preguntas! Lo que nos hace lamentarnos, participar de pleitos, ser motivos de quejas, hacer daño gratuitamente y ser agresivos, tiene una misma causa: \”El alcohol\”. Salomón mismo le llama al vino escarnecedor, bebida fuerte y alborotadora. Luego afirma que quien, se embriaga no es sabio. Proverbios nos enseña un panorama acerca de las consecuencias, a la que nos puede llevar el consumo extremo de licor.
Desde tiempos pretéritos, el licor ha acompañado, reuniones sociales de todo tipo. Cuando alguien ingiere una bebida alcohólica, con frecuencia lo hace para \”sentirse mejor\”, bloquear sentimientos de tristeza, depresión, nerviosismo o preocupación. La Biblia nos exhorta a no embriagarnos, ya que que el alcohol trae disolución. Cuántos problemas nos evitaríamos, si tan sólo no corrieramos a \”escapar\” de nuestras realidades y erróneamente buscar \”ahogar las penas\”.
El tomar alcohol sin control, puede llevarnos a empeorar esos bloqueos de nuestros sentimientos con el paso del tiempo. También se aumentan los riesgos de sufrir insomnio, depresión o suicidio. ¿Qué familia no ha sufrido y se ha afectado con un esposo, padre o hijo alcohólico? Hoy día hay una tendencia a apresurar el consumo de alcohol, drogas y sexo en nuestros niños y jóvenes, producto de tantas ansiedades y frustraciones mal manejadas.
El grave problema es reconocer que tenemos un problema, y no buscar ayuda. Aunque nuestro contexto cultural machista, vea como normal ingerir licor sin control, ese \”adictivo\” veneno mortal debemos erradicarlo de nuestras prácticas sociales. Sobre todo, si en el pasado tuvimos debilidades con el alcohol, lo más sano y sabio es evitar todo tipo de contacto con personas que nos tienten a regresar a esa práctica.
El Señor rompe cadenas generacionales de alcoholismo y drogadiccion en tu casa y tu familia, si se lo pides ahora en el nombre de Jesús. Renuncia al alcoholismo, a la drogadicción y a toda consecuencia traída por su desenfrenado consumo en tu vida o la de algún miembro de la familia. El Señor te dé el dominio propio producto de su Espíritu Santo para aprender a decir: \”No\” cuando te ofrezcan beber licor. Ama a quien lucha con esta atadura y sé paciente con ella. Ora al Señor y espera en un milagro de libertad.
Si te has querido escapar hacia los brazos equivocados del alcohol, toma la decisión de correr a los brazos de aquel que te dio la vida y murió en un madero por ti. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva reflexión. Deja tus comentarios al final. Bendice a tus amigos y familiares, reenviando el link de ésta reflexión. Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla
Buenos dias pastor Dios lo bendiga.