Por mucho que el enemigo tenga planes en contra de nosotros como hijos de Dios, está vencido en el nombre de Jesús. El plan del malo y del corrupto es hacer la maldad. No duermen hasta que no logren hacer caer a alguien, dice Salomón en el libro de proverbios. Por ello debemos estar apercibidos y vigilantes de los planes antagónicos del diablo, y de todos los que se dejan usar por el.
Esta palabra de hoy nos enseña, que el camino del justo se parece a la luz del amanecer. Poco a poco va creciendo y haciendose mayor, hasta que el sol resplandece y se hace de día. Así son nuestros caminos, van en aumento, no decrecen. Por ello tenemos que apropiarnos de las promesas del Señor.
Un hijo de Dios no decrece. Su vida va de triunfo en triunfo y de victoria en victoria. Aunque nos sucedan eventos inentendidos y dolorosos, todo cumple un plan perfecto en Dios. El nos entrena y lleva a pulimentarnos y hacernos cada vez más parecidos a Jesús. Sea que caigas y te desanimes o quizás te den ganas de tirar la toalla, todo está en completo control de Dios. Levántate y sigue adelante con la mirada puesta en el Señor. Siete veces cae el justo y siete veces se levantará.
Aunque sientas las tinieblas intimidantes y todo en tu contra, tu camino va en aumento y la luz del día saldrá y la oscuridad desaparecerá. No temas. Aquel que derrotó la muerte, está de tu lado. Eres hijo de un vencedor y esa victoria te pertenece. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo.
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Pr. José Ángel Castilla