Un nuevo tiempo ha comenzado.

Feliz nuevo año para cada de los lectores de este blog. Enero es el mes de las puertas. Ianus era el Dios pagano en la antigüedad, del que deriva el nombre del primer mes del año, porque a el se le dedicaban tanto los principios como los finales. Las puertas del 2021 se han abierto y nosotros entramos por ellas y se las dedicamos a Cristo Jesús. Lo primero del año inició. ¿Cómo inicia este mes para ti? ¿Rebosa tu corazón de alegría y gratitud para iniciarlo?

El lema del año en www.cbint.org es: Año de Alianza con Dios. Una alianza es un contrato, un pacto, un acuerdo entre dos personas. Si haces alianza con el Señor, no tienes por qué temer, vas a la segura porque Dios todo lo que promete lo cumple. Él nos ha dejado una señal, que siempre nos recordará que el ha prometido no volver a destruir la tierra por diluvio. Un arcoiris en el cielo, nos muestra el amor y el cuidado de Dios por su creación.

Vemos en este pasaje, que Dios confirma su pacto. Nos entrega a través del arco iris, una señal visible para recordación perpetua, porque el es un Dios que nunca olvida lo que ha prometido. Las señales de pacto expresan promesas de pacto, a un pueblo del pacto.

¿Qué significaba este arco?


Cuando dos países del mundo antiguo, después de una larga guerra, alcanzaban la paz; el rey de cada pueblo colocaba en el techo de la sala del trono su arco de batalla. Así el arco daba fe de que ambas naciones habían llegado a la paz.
Cuando los israelitas veían el arco iris en el cielo pensaban, metafóricamente, que era el arco de Dios. De ese modo, entendían que el Señor había COLGADO su arco en las nubes y ESTABLECÍDO la paz definitiva con su pueblo y con la Humanidad entera.

No camines bajo incertidumbre o temor, en este año que arranca. Abre tu corazón a la esperanza y a la fe de que en las manos de Dios están los tiempos y nadie más que por su poder, la ejecución de los principios y los finales. Tal y como nos lo enseña el salmista, Él guarda nuestra salida y también nuestra entrada desde ahora y para siempre.

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Pr. José Ángel Castilla