Si éste tiempo de cuarentena y confinamiento, producto de la pandemia del Covid 19, no te dejó lecciones de por vida aprendidas, dudo que tengas que esperar una circunstancia mayor para aprenderlas. A todos nos tocó esta crisis de diferente manera. Cada día de esta espera nos enseñó a ver la Providencia de Dios, su amor, su sanidad, su restitución, sus sorpresas. El nunca se ha detenido en cuidarnos y lo seguirá haciendo mejor que nadie.
Nuestra vida entonces, da pasos hacia un continuo crecer y madurar física, emocional, mental y espiritualmente. A pesar de que el Covid 19 se desbordó en cada nación de la tierra, mayor desbordamiento ha sido y será el derroche de amor del Señor. Lástima que algunos por su pesimismo y falta de fe, no lo vean. Sólo se quejan y reniegan. Agradece de continuo y sigue madurando en cada circunstancia que te toque vivir. Todo lo que nos ocurre, bueno o malo, nos enseña. Aprende tus lecciones cada día de la vida.
Sigue creciendo, hay lecciones pendientes por aprender, por ello necesitamos llenarnos más y más de fe y esperanza. Ellas son el resultado de meditar la Palabra de Dios cada día. Escribe, hazle preguntas al Señor y avanza, porque ésta carrera de la fe, aún no ha terminado.
Las tiernas palabras del apóstol Pablo a los filipenses, era un clamor para Dios. El pedía que el amor en sus corazones desbordara y que nunca dejaran de crecer en conocimiento y entendimiento.
Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con otros amigos y familiares el link de este artículo. Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla
Este tiempo ha sido muy especial, tiempo en que Dios nos habla al oído, amorosamente, haciéndonos reflexionar sobre el valor de la familia, de la casa, del cuidado de las mascotas, del valor de la Iglesia en Colombia y en el mundo, Gloria a Dios porque el Internet nos ha permitido permanecer en contacto como Iglesia y en muchísimas actividades laborales. Saludos, Pastor. Gracias por sus reflexiones diarias.
Tremenda verdad de amor que Dios nos regala.