El apóstol Santiago en la meditación de la Palabra de hoy, nos deja un llamado a los cristianos que soportan con paciencia, en los momentos de angustia y que también sean pacientes para cuando llegue el encuentro triunfal con Cristo en su segunda venida. Luego escribe acerca del labrador, que también aguarda con paciencia, el apetecido fruto de la tierra. Quien siembra, no puede rendirse si sus cultivos no se pueden cosechar inmediatamente. Debe continuar trabajando hasta que el fruto sea visible. Asi mismo sucede con nosotros, debemos trabajar en forjar la paciencia aún cuando el día de la venida de Jesús, lo sintamos aún lejano. En la Biblia, se nos habla acerca de dos clases de lluvia: la temprana y la tardía. La primera llega a finales de octubre o principios de Noviembre y su función, era suavizar la tierra para el arado. La segunda lluvia, llegaba a finales de Abril o Mayo y cumplía la función de hacer madurar los cultivos poco antes de la cosecha.
La instrucción entonces es a que nuestros corazones puedan ser afirmados y arraigados en la persona de nuestro REY y SALVADOR JESUCRISTO. Desde ahora y hasta su venida la esperanza en el corazón, nos renueva y purifica. Dale gracias a Dios por su palabra, tu testimonio de vida y pídele oportunidades para así poder compartir el mensaje de salvación y reconciliación del Hombre con Dios. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
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