Quieto estaré

Mantenerse en quietud y reposo en medio de la espera, cuando sentimos angustia, no es nada fácil. Son esos instantes donde el alma con sus emociones, quiere jugarnos malos momentos. Hoy te invito a validar esas emociones, a reconocerlas, a llamarlas por su nombre, pero entregarselas a Dios. Hay quienes espiritualizan todo y se olvidan de lo importante de atenderse emocionalmente. De qué nos sirve decir que tenemos miedo o estamos tristes y apesadumbrados, si no SOLTAMOS Y ENTREGAMOS A DIOS lo que sentimos. Nuestro Padre eterno, es Dios en la alegría, pero también en la escasez o la tristeza. El es inmutable, conoce los tiempos, las intenciones profundas del corazón y tiene sus brazos extendidos para sacarnos de cualquier situación por difícil que parezca.

Este Salmo de hoy inicia recordándonos, que el Señor es nuestro refugio y nuestra fuerza. Él siempre estará dispuesto a ayudarnos en tiempos de dificultad. No temas amado lector si tiembla y se estremece todo. Si la montaña de tus esfuerzos laborales y familiares se derrumba frente a ti. ¡El es Dios! Él está trabajando. Aunque suban las aguas, no temas, permanece en la quietud. Todo servirá para conocer quién es nuestro Señor, exalta su nombre. Nadie como El. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte con otros amigos y familiares el link de éste mensaje. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla

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