Preparados para ser probados

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Dice el escritor del libro de Eclesiastés en la Biblia: \”En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de Él”. Ningún ser humano es inmune al padecimiento o al fuego de la prueba. De ésta manera, cada uno de nosotros será formado en el carácter santo, fervoroso, tenaz, fiel y perseverante de Cristo.
Sin embargo, sólo sabremos si aprendimos la lección, cuando reaccionamos adecuadamente frente a la adversidad.
Para esto, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. Reconocer que detrás de cada obstáculo o situación aparentemente difícil, vamos a encontrar siempre una puerta abierta, de tal modo que ese aparente mal final que vislumbrábamos, no era más que una curva en el camino; frente a la cual no debimos desesperarnos, pues siempre la peor situación de nuestra vida, contiene las semillas de grandes y excelentes cosechas que anhelamos recoger.

2. Tengamos presente, que las pruebas fortalecen el carácter de Cristo en nuestra vida. Si cultivamos una permanente comunión con Dios y su palabra, estaremos plenamente capacitados para enfrentar las diversas pruebas con gozo, confiados en la victoria y con la absoluta seguridad, de que ya Él, ha vencido al mundo.

3. Pidamos al Señor paz y fortaleza, para esperar con fe y paciencia, de la manera como hace el labrador con su precioso fruto, siendo entretanto sustentados por las inquebrantables promesas de su compasión y misericordia.

4. Contrarrestar el sufrimiento con la oración. Ella nos traerá de parte del Señor, la respuesta precisa a cada necesidad: Salud en la enfermedad, paz en medio de la angustia y desasosiego, sentirnos perdonados y amados cuando nos sentimos culpables y tomar la resolución de la reconciliación en medio de la discordia.

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Poner estos principios en práctica, nos permite adquirir fortaleza en los tiempos de angustia, hasta ver cumplidos sus planes de bien y de paz para con nosotros. Recuerda mantenerte alerta y apercibido para cuando llegue el momento de la prueba y recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog en la caja de comentarios respectiva. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla

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