Un vigilante mantiene sus ojos abiertos, atento a cualquier intento de daño, robo o mala intención en contra del lugar al que fue contratado para vigilar y proteger. Dios guarda y custodia nuestros pasos mejor que nadie. Él es omnipresente y sus ojos recorren la tierra velando por sus hijos y su creación. A todos nos vence el sueño producto del cansancio, hasta a los mismos vigilantes cuando hacen turnos laborales por noche se agotan, pero a Dios no le ocurre lo mismo. Él no se fatiga con cansancio y su entendimiento no hay quien lo alcance, dice el profeta Isaías. Es tan grande su amor para con nosotros, que no cesan sus actos para demostrarnoslo. Esos ojos vigilantes, son ojos de amor que te siguen a donde vayas. El primero que no desea que te pase nada malo es Dios. Piensa las veces en las que te has sentido lejano o frío en tu relación con el Señor. Ha sido por ti, no por Él.
Las veces que le he fallado a Dios, siempre he sentido al poco tiempo de hacerlo, su presencia contristada. Es algo inexplicable que me quebranta y me hace volver al camino correcto. No necesito ver físicamente a Dios, para dar fe que su presencia es tan real que poco a poco vuelve a encarrilar mis pasos. Amo las manifestaciones sorprendentes de Dios, pero aún más, el saber que su invisible y tierna presencia, es diaria en mi vida. Cuánto entonces necesitamos pedirle a Dios todos los días, el ser renovados y confrontados en las áreas de debilidad y pecado, que fácilmente nos llevan a abrir puertas y alejarnos de sus caminos. Hoy te invito a cerrar puertas al pecado. A cortar vínculos con las llaves que te tientan a abrirlas, cualesquiera ellas sean. Situaciones, personas, ofrecimientos, etc.
Ojos de amor te vigilan y te recuerdan hoy, que no negocies tu identidad y salvación, por una satisfacción momentánea, pagando un alto precio de muerte espiritual. Pon tu mirada en los ojos de amor del Señor, que lo dio todo por ti al morir en una cruz. Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con tus amigos y familiares el link de este mensaje. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Sara.filos@hotmail.com
Amén