NUNCA SERÁ SUFICIENTE

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Los seres humanos podemos llegar a ser tan complejos a la hora de valorar el esfuerzo que los demás hacen por nosotros. Un padre puede llegar a esforzarse por dar lo mejor para su casa y sus sacrificios no los ven ni lo reconocen su esposa e hijos. Fácilmente pueden reclamar que lo que hace no es suficiente y nadie observó su esfuerzo.

Al igual puede ocurrir con una mujer abnegada que está todo el dia trabajando, llega cansada y sigue en sus tareas domésticas y su esposo no valora esa dedicación. O que decir de esos hijos que cuestionan todo el tiempo y sacan su aguda lanza contra sus progenitores y no valorar lo que hacen por ellos. Un empleado puede desmotivarse y querer renunciar a su empleo, porque siente que no valoran su trabajo. Esposos intentan mitigar una falta cometida con su esposa, pero estas no ven ese arrepentimiento por falta de perdón y se cerraron a escuchar.

Tantas cosas podemos encontrar en la ceguera de los demás de no ver y valorar, que llegamos a decir: ¡NUNCA SERÁ SUFICIENTE! Hoy quiero dedicar este post a todos los que en un momento se cansaron de dar y se sienten desvalorados y cansados. La Biblia nos insta a dar sin esperar. A no cansarnos de hacer el bien porque a su tiempo segaremos si no nos damos por vencidos.

¿Que nos lleva a no valorar el esfuerzo de los demás?

  • El orgullo.

  • Ser despistados (hay personas que pareciera que viven en la luna y no ven lo que otros hacen)
  • El egocentrismo (pensamos solo en la satisfacción de nuestras necesidades. Nos volvemos el dios de nosotros mismos)

  • La falta de valores (no nos enseñaron a decir gracias y reconocer los esfuerzos de los demás hacia nosotros)
  • Ser injustos (medimos a los demás con una corta regla) necesitamos aumentar los centimetros de aprobación para tolerar y aceptar a los demás.

Pablo nos insta a hacer las cosas para el Señor…


Dar es una ordenanza biblica que parte de un corazón generoso y desprendido. A veces no sabemos dar porque tenemos el temor que se nos acaben las \”cosas\” y no hemos aprendido a depender de Dios.

Cuando no vemos lo bueno de los demás y nos concentramos tanto en la omisión, el faltante, lo retrasado que llegaron, no veremos nunca el esfuerzo con el que los demás hacen las cosas.Mira al cielo. El Señor ha visto tu esfuerzo y tu tezón. Lo vean o no otros, ya Dios lo vio. El te recompesará aunque mal te paguen y nadie agradezca. Haz las cosas con amor. Que sea tu gran motivador. Dios no ha terminado contigo.

Abrazo fraterno.

Pr. Jose Angel Castilla

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