La Palabra del Señor nos enseña que debemos gozarnos cuando atravesemos diversas pruebas. Tengamos presente que es imposible no experimentarlas. La carta del apóstol Santiago, las considera inevitables y expresa, que ellas son la ocasión perfecta para gozarse. En una prueba, lo más fácil será quejarse, ser desagradecido y caer en el desaliento. Es difícil experimentar sumo gozo, cuando estamos siendo probados. Pero el exámen aprobado de una prueba, será el aprendizaje y también, el ser ejercitados en la paciencia. La antigua palabra Griega que se traducía como paciencia, era: “hupomone”. Ésto no significa una espera pasiva, sino el sufrir sin rendirse. Algunos estudiosos, consideran que ser paciente, es soportar una carga pesada y permanecer debajo de ella sin escapar. El filósofo Filo, denominó la paciencia como: “La reina de las virtudes.”
Hace pocos días experimenté incertidumbre, cuando me enteré que el avión en el que viajaba mi hija, sufrió una falla y tuvieron que aterrizar en un aeropuerto alterno de otro país. Fueron casi 2 horas sin saber el porqué del desvío y 4 en total de espera y retraso para retomar el itinerario inicial programado. En momentos así, necesitamos CONFIAR en que Dios tiene el control y todo estará bien.
Nuestra fe es probada a través de las pruebas, y no producida a través de ellas. Las pruebas revelan el tipo de fe que tenemos, para hacerla evidente al incrédulo, pero también edificar al cuerpo de Cristo. Oremos en éste día, para no perder el gozo del Señor, por nada que nos afane o turbe. Seamos agradecidos y no permitamos que nada ni nadie nos robe la paz, porque es un regalo de Dios. Recuerda que el Señor no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
No temas por qué yo te redimí, te puse nombre, mío eres tú.
Isaías 43:1
Amén amén! Gracias.