Entre espinos

En la parábola del sembrador, el Señor nos enseña cómo las semillas cayeron en diferentes tipos de terrenos: el camino, las rocas y hoy vemos como un grupo de semillas, cayeron entre los espinos. Esto representa a todos aquellos que oyen el mensaje, pero muy pronto queda desplazado por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida. Así que nunca crecen hasta la madurez. Los espinos y los cardos ahogan la semilla de la verdad de Dios, porque impiden que la semilla se rompa y profundice en terreno fértil. A veces tendemos a darle prioridad a cosas equivocadas, que terminan desenfocadonos de las cosas de Dios y erróneamente ponemos el foco en lo momentáneo, lo superfluo y lo material. He allí donde la semilla de la Palabra se ahogará. Piensa en cuántas veces recibiste promesas que ahogaste, por permitir que los espinos se te crecieran y mataran promesas de Dios para ti.

Los espinos ahogarán los brotes y llevarán a que la semilla no prospere. Identifica los distractores, prioridades equivocadas y estresores que se te han crecido, dañando tu genuina relación con Dios. El Señor nos examina cada día y su deseo es nuestra renovación y crecimiento. Enfócate en Jesús y que su toque sobrenatural y extraordinario, transforme tu manera de pensar. Coloca el amor por Dios y Su Palabra como lo primero de la vida. Siempre la Palabra sembrará semillas, nuestro corazón debe ser la buena tierra que las reciba. Renuncia al camino donde el sol quema lo bueno que Dios ha plantado y que nada ni nadie ahogue sus verdades en tu vida.

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Pr. José Ángel Castilla