Varias veces el salmista David, repitió una y otra vez que se gozaba y alegraba en la misericordia del Señor, porque sentía que la aflicción y las angustias que vivía, eran ampliamente conocidas por Él. Dios nos conoce mejor que nadie. Por eso tiene la solución a cada momento difícil que podamos experimentar. Nada se escapa de su control y cuidado. Cuando el pueblo de Israel padecía por el yugo opresor egipcio al que había sido sometido por 430 años, Dios le dice a Moisés: \”Bien he visto la aflicción de mi pueblo, y he oído su clamor a causa de sus opresores, pues he conocido sus angustias\”. Por eso he descendido para librarlos. El Señor había visto la aflicción de Su pueblo. Había oído los gemidos de sufrimiento, conocía su condición y descendió para liberarles.
Dios conoce cuán fuerte sopla el viento que arremete en contra de tu barca en éste tiempo. Aunque veas olas embravecidas que te llenen de miedo, haciéndote creer que te hundirás, no sucederá mientras Jesús esté dentro de la barca. El consuelo y la esperanza, con la que debes alimentar tú corazón, es que la solución a tus problemas proviene de Dios, él te dará la sabiduría que tanto necesitas para tomar buenas decisiones. No temas ni te angusties. Dios es fiel y cumplirá sus promesas. Extenderá sus alas para librarte de todas tus angustias. Que en esta nueva semana que inicia, sientas el gozo del Señor y experimentes su amor más fuerte que nunca.
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Pr. José Ángel Castilla
Bendiciones pastor gracias por compartir tu enseñanza y nutrirnos de la palabra de Dios