Es propio de la naturaleza pecaminosa y carnal, el hacer promesas, pactos y enlazarnos a través de las palabras que decimos. Prometer y no cumplir, es propio de un carácter inmaduro e infantil. Dejarse guiar por las emociones y arranques momentáneos en los que nos comprometemos en cumplir y quedar bien con las otras personas, pero no lo hacemos, nos deja como personas incumplidas, falsas y mentirosas. No debe suceder esto entre los hijos de Dios, que en todo momento estamos llamados a alumbrar y testificar. ¿Con qué frases y a qué personas les prometiste algo que nunca cumpliste? Es un buen momento para reflexionar y pedir perdón a Dios por mentir y prometer lo que no podías cumplir, o lo que con una intención oscura, pretendías sacar provecho a costa del perjuicio de alguien. Renuncia a toda falsedad en el nombre de Jesús.
El padre de toda mentira es el enemigo de nuestras almas y se llama: Satanás. En el momento en que hacemos de las mentiras y la falsedad nuestro lenguaje cotidiano, nos hacemos semejantes a él. Quien promete y no cumple es un mentiroso. El arsenal de lisonjas a las que puede llegar alguien dual y falso es exponencial. Si le mentimos a un amigo, qué diferencia tiene que le mintamos a un cliente, a nuestros hijos, hermanos, padres, cónyuges y a Dios mismo. Todo esto es mentir y la mentira es un pecado. Cuídate de no atarte a través de promesas, de que los demás cuenten contigo, si no vas a cumplir. No prometas ser equipo, o darle a aquel a quien vas a dejar tirado en el camino y con las manos vacías. Jesús nos enseña a darle a aquel que nos pide y cuánto más, si comprometiste tu palabra en hacerlo, no tardes en cumplirlo.
La Palabra de Dios nos insta, a que nuestro SI sea un SI, y que nuestro NO sea un NO. Cuando PROMETAS algo cúmplelo, si vas a ir a un lugar asiste y queda bien. Si tienes una cita no dejes esperando a quien citaste, no te hagas esperar, respeta el tiempo de los demás. Si prometiste bendecir y dar de lo que has recibido, hazlo. Es mejor no prometer que mentir diciendo cosas que no vas a cumplir. Piensa en Dios, El todo lo que nos ha prometido lo cumplirá y no mentirá, porque Él es fiel. Prometer algo, habla de nuestra fidelidad hacia la gente con la que nos comprometemos. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog.
Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla
Se puede cambiar de dirección una promesa. Por miedo ala delincuencia.
Cumplir lo que dices o prometes, nos hace personas creíbles para los demás.