Esperar por un milagro es un ejercicio de vida espiritual en donde nuestra fe se ejercita, crecemos en dependencia de Dios, oramos más y estamos en permanente expectativa. No necesitamos ver nada para poder creer. Sólo guardar lo que El ha dicho en nuestro corazón, creer y esperar en que Dios obrará, porque el es siempre fiel y cumplidor de promesas.
Así es la fe. Una completa locura a los ojos del incrédulo. Es tener la seguridad que lo que estoy esperando, sucederá y que lo que no estoy viendo, está frente a mis ojos, AUNQUE NO VEA NADA.
No se cual sea el momento difícil que estés pasando. Quizás muchas cosas han cambiado para ti y hoy no encuentras de que asirte. Agarrate entonces de Dios. No hay nada más que hacer, ni lugar más seguro que su presencia.
Sólo en ese lugar las fuerzas se recobran, el amor se renueva, nuestros errores y faltas los vemos en su espejo de realidades, para sencillamente tomar decisiones de cambio y buscar agradarle.
Revisa tu vida, actos, omisiones y también evalúa tus motivaciones. Camina en fe creyendo en que El recompensará a los que le buscamos, aunque no veamos nada. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo.
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Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla
Así es Pastor, porque no vivimos por vista, sino por fe. El que cree, crea.