Luego de que el Rey David recibiera la exhortación en privado, por parte del profeta Nathan acerca del grave hecho de haber deseado y tenido relaciones sexuales con la mujer de Urías, se entristece su corazón, se arrepiente y reconoce que pecó contra Dios e hizo lo desagradable a sus ojos. No hay nada más terrible que vivir en el engaño de pensar, que nadie nos ve que cuando hacemos lo indebido. ¡Dios siempre nos está observando! y de todas las cosas buenas o malas que hagamos, habremos de rendirle cuentas un día. De hecho el arrepentimiento es la llave que nos permite abrir la puerta de la misericordia divina. Dios perdona a David, pero esto no le exoneró de vivir los rigores del dolor de perder el hijo que tuvo con aquella mujer prohibida. El niño enferma gravemente y muere. El Rey David consuela a Betsabé y fruto de aquel arrepentimiento y por la misericordia de Dios, el vientre de aquella mujer fue nuevamente visitado con un nuevo bebé al que llamaron Jedidías, que significa: Amado de Dios.
El mismo profeta Natán que exhortó, ahora es enviado de Dios a consolar a ésta pareja en su dolor, diciéndoles de parte de Dios que en su honor, el niño se llamaría así. ¡Cuán grande es el amor de nuestro Padre! Cuántas veces hemos asesinado emocionalmente a otros y les hemos hurtado su alegría, pretendiendo imponernos nosotros. No importa la gravedad de un hecho pecaminoso, si tu corazón en genuino arrepentimiento, está listo para rendirse a los pies de Jesús, el te abrazará con su misericordia. Hoy con ésta reflexión te recuerdo que tú eres amado de Dios y que sus planes para ti son perfectos. Nada podrá arrebatarte de la mano protectora de Dios. Él escogió amarte aún cuando tu vida pasada haya sido una vergüenza. El eligió lo más vil y menospreciado para amarlo, purificarlo y exaltarlo: NOSOTROS.
Amado lector, así opera en nosotros el infinito amor del Señor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog.
Pr. José Ángel Castilla
Me siento muy agradecida por todo el amor con el que he sido rodeada, ese amor que definitivamente no merecía, el Señor me amo a pesar de la dureza de mi corazón, en medio de mi ceguera, conociéndome más que nadie y es por lo que cada día deseo, intento y lucho para que mi vida le sea agradable a quien dio todo por mí, Jesús.
Muchas bendiciones pastor José.
Grande el amor de Dios.
Dios nos ama de manera infinitas y de eso no hay duda y su amor quita la multitudes de nuestras fallas, esto es lo que debemos aferrarnos y asumir a nuestro corazón. Pero que Dios te entregue la insignia del.” Amado de Dios” es porque tú corazón es tan puro y sincero para Él que nada de lo que hagas por Él será suficiente para demostrarle tu amor. El amado de Dios tiene mucho para dar porque Dios carga su corazón de Él para los demás. “Sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua viva que salte para vida eterna” Juan 4:14(b).
Dios nos conoce, Él nos creó!